El Tribunal Superior de Justicia de la CAV (TSJPV) ha condenado a la Administración de Lakua a indemnizar con 36.000 euros a Matteo Maione, joven italiano que perdió un ojo tras recibir un pelotazo de la Ertzaintza en el transcurso de una carga en la Semana Grande donostiarra de 1997. Esta decisión confirma la sentencia dictada tres años atrás por el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 1 de Gasteiz, que ya condenó a indemnizar al herido.

Los hechos se remontan a la medianoche del 9 de agosto de 1997, cuando el joven italiano, tras cenar con un amigo, se dirigió a Alde Zaharra de Donostia para disfrutar de las fiestas. No obstante, allí se encontró con fuertes disturbios y cuando se disponía a buscar su vehículo, a la altura del mercado de la Bretxa en el Boulevar, recibió en la cara un pelotazo lanzado por la Ertzaintza.

Cinco días en el hospital

El impacto le provocó la pérdida del ojo derecho, así como la fractura de la nariz y de los huesos de la órbita del ojo derecho. Debido a ello, el joven tuvo que permanecer cinco días ingresado en el Hospital Donostia.

Tras los sucesos, la víctima del pelotazo interpuso una reclamación ante el Juzgado de lo Contencioso de Gasteiz. La demanda llegó a buen puerto y en 2005 este tribunal condenó a Lakua a indemnizar al joven con la cuantía de 36.000 euros. El Gobierno de Gasteiz, sin embargo, se negó a satisfacer la petición del joven alegando que Maione se encontraba «voluntariamente» en la zona de los disturbios. Sostuvo además, que la lesión que sufrió «no fue antijurídica».

Casi tres años después, este martes, el TSJPV ha fallado en favor del joven italiano. El tribunal, presidido por el magistrado Juan Luis Ibarra, concluye que la presencia de Maione debe comprenderse «a partir del dato de que se trata de una persona extranjera que no conoce la ciudad, adonde ha llegado apenas dos horas antes de que comenzaran los disturbios».

Este argumento también fue empleado en la anterior sentencia ofrecida por el Juzgado de lo Contencioso de la capital alavesa. En aquel fallo quedaba acreditado que el joven italiano no estaba tomando parte en los disturbios, y tampoco se encontraba observándolos a una distancia inadecuada. El documento hacía especial hincapié en su condición de turista, señalando que «no tiene por qué conocer itinerarios alternativos de la ciudad, al ir a buscar su coche».

Esta decisión, firmada en el año 2005, establece que en esas circunstancias «no parece que fuese el perjudicado quien se colocase voluntariamente en una situación de peligro, sino que se vio asumido en el mismo sin desearlo».

Asimismo, precisaba que no había constancia de que la Ertzaintza «desalojara la zona mediante sistemas de megafonía o acordando la zona». En ese caso, según la decisión del Juzgado de Gasteiz «la desobediencia a estas órdenes denotaría una actitud negligente en el perjudicado o una falta de atención mere- cedora de reproche».

La sentencia recuerda que en los incidentes acaecidos «se lanzaron piedras, artefactos incendiarios y arquetas de alcantarilla» contra la Ertzaintza, mientras este cuerpo cargaba con material antidisturbios. Cabe destacar el contexto de aquel verano de 1997. Los llamamientos políticos a acorralar a la izquierda abertzale tras la muerte del concejal del PP en Ermua Miguel Angel Blanco a manos de ETA provocaron gran tensión y ataques a herriko tabernas.