Alrededor de 200.000 personas se manifestaron el jueves en el Zócalo de México D.F. en contra de la renegociación del capítulo agrario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), de la privatización del sector energético y de la reforma laboral. «El TLCAN sólo ha sembrado muerte y pobreza», denunciaron las organizaciones campesinas, sindicales y sociales convocantes de la marcha.

Ese punto del acuerdo comercial, que data de 1994, entró en vigor el 1 de enero y supuso la eliminación de las barreras arancelarias con Estados Unidos y Canadá para el maíz, el frijol, la leche y el azúcar, productos esenciales para México. Los campesinos temen que con la nueva regulación los pequeños productores se vean arrinconados por el maíz estadounidense al no poder competir en precios.

«No venimos hasta acá para pedir la cabeza de un funcionario, sino para demandar al gobierno federal un debate de frente a la nación en torno a la situación del campo y refrendar que estamos en contra de la siembra de maíz transgénico. Nos oponemos a que los granos nativos desaparezcan y que las grandes transnacionales sigan enriqueciéndose de manera escandalosa», subrayó Gabino Gómez, de la campaña «Sin maíz no hay país».

El dirigente de la Confederación Nacional Campesina, Cruz López Aguilar, afirmó que las organizaciones agrupadas en los consejos nacionales de Organismos Rurales y Pesqueros y de Organizaciones Campesinas, y seis del Consejo Agrario Permanente están abiertas al diálogo, pero no uno «de sordos».

Por su parte, el secretario general del Sindicato Mexicano de Electricistas, Martín Esparza, acusó al gobierno federal de haber roto «el pacto social por no respetar la Constitución» y llamó a tomar el Congreso el próximo día 7. «Este movimiento no lo va a parar ni todo el Ejército que han sacado a las calles».

Al término de la multitudinaria marcha, los organizadores sellaron una alianza para conformar un consejo nacional social y económico en favor de la soberanía alimentaria.