Kaydance y Santana Pauchay, dos niñas de tres y un año de edad, murieron congeladas por temperaturas de 50 grados bajo cero. El drama se inició a primeras horas del martes, cuando la Policía encontró a un hombre medio congelado en un campo nevado en los terrenos de la reserva Yellow Quill, una comunidad indígena a unos 280 kilómetros al noreste de la ciudad de Regina, provincia de Saskatchewan, en el sur de Canadá.

Afectado por congelación e hipotermia, fue incapaz de hablar durante horas y cuando por fin pudo comunicarse con el personal del hospital, preguntó cómo estaban sus dos hijas.

Ese mismo martes, los equipos de rescate localizaron el cuerpo congelado de Kaydance a poca distancia de donde la Policía había encontrado a su padre. La pequeña sólo tenía una camiseta y un pañal.

Su hermana Santana apareció al día siguiente en el mismo campo nevado y con la misma indumentaria.

La Policía sospecha que el padre de las pequeñas estaba borracho, aunque los investigadores no están seguros de hasta qué punto la tragedia se debió al alcohol o al frío.

Lo cierto es que el alcoholismo y la drogadicción han alcanzado niveles epidémicos entre los indígenas canadienses que además sufren los mayores índices de suicidio, desempleo, encarcelamiento, pobreza, abusos domésticos y enfermedades de transmisión sexual del país.