De misión imposible podría calificarse el reto que encara el Deportivo Alavés esta tarde en un feudo prácticamente inexpugnable y ante un serio candidato al ascenso. El Málaga sólo ha perdido un encuentro en La Rosaleda -ante el actual líder, Numancia- y es el que menos goles ha encajado en su propio estadio, un total de seis, igualado con el Castellón.

Guarismos que obligan a pensar en que todo lo que sea sacar algo positivo en tierras malacitanas será una auténtica hazaña para el Glorioso, quien ya sabe lo que es ganar lejos de su campo en dos ocasiones, ante Salamanca y Albacete, rivales que no parecen estar a la altura de los dirigidos por Juan Ramón López Muñiz.

Pero a los babazorros no les queda otra que hacer de la necesidad virtud y es que el ascenso se asoma a sólo tres puntos, por lo que una derrota pondría al equipo otra vez al borde del abismo. Los hombres de Josu Uribe son conscientes de que se juegan mucho en el envite, por lo que, aunque son consciente de la dificultad de la tarea, a lo largo de la presente semana se han preparado física y mentalmente para arañar algún punto en tan complicada salida.

Cabrera y Jairo, en la expedición

La ausencia para el resto de la temporada de uno de los pilares del conjunto arabarra -curiosamente Astudillo fue incluido inicialmente en la convocatoria- es uno de los principales hándicaps. Natxo Garro o el ex txuri urdin Dalibor Stevanovic tendrán la difícil misión de hacer olvidar a El Pulpo.

Otra de las principales novedades previa al encuentro se refiere a la inmediata incorporación de las dos nuevas piezas que el club albiazul sumó a su plantilla poco antes de que se cerrara el plazo para fichar en el mercado de invierno.

Tanto José Luis Cabrera como Jairo Álvarez viajaron ayer por su cuenta para incorporarse a la expedición babazorra, que emprendió viaje en autocar desde Gasteiz hasta Madrid, para continuar en tren hasta la capital de la Costa del Sol.