Maite SOROA
Felicitaciones... con matices
Una nueva andanada represiva en Euskal Herria y nuevas muestras de alborozo por parte de la fachenda. Aunque, como corre tiempo preelectoral, tampoco se quiere poner a dar palmas a las cosas que haga el PSOE. Por eso le incorporan matices.
En «Diario de Navarra» el editorialista del Requeté se felicitaba porque «cuando Garzón ha ordenado la inmediata detención de Pernando Barrena, a instancias del fiscal, se ha cumplido la ley. Y bien cumplida está». Sin embargo, hay un pero... Lean: «Pero nadie osará decir que la legalidad se ha aplicado siempre en materia antiterrorista, con tan objetiva prontitud. Otegi pasó de ser `hombre de paz' e `interlocutor imprescindible' a preso. Y los batasunos, de sujetos que podían convocar cualquier manifestación, a terroristas. Y ANV, de ilegalizable por múltiples razones, a sigla vitanda por vía urgente. Bien está la actitud actual, si tiene suficiente base jurídica, siquiera sea para enderezar el oportunismo permanente en la aplicación de la ley, al que tanta afición han mostrado algunos jueces, fiscales y dirigentes políticos.».
También en «El Correo Español» se felicitaban, igualmente con picorcico: «Es lógico que la visión de la judicatura respecto a una trama que en parte se venía solapando bajo apariencias de legalidad vaya en consonancia con la percepción que de ella mantiene el legislador. Lo que resulta menos comprensible es que tras poner punto final en la Ley y en sucesivas sentencias a la manifiesta impunidad en que se movía el brazo político de ETA, tanto por parte de la Fiscalía como por parte de los propios jueces se hayan mantenido posiciones contradictorias cuya variación no parece responder a la aparición de datos objetivos antes desconocidos». Ahí está el matiz picajoso: « La pregunta de por qué Barrena fue detenido ayer y no tras cualquiera de sus comparecencias públicas anteriores representa una cuestión menor respecto a lo que se dilucida en el fondo. Pero sería conveniente que jueces y fiscales tomasen mayor conciencia de que la rotundidad con que en cada momento exponen sus razones no deja de suscitar en la opinión pública dudas, perplejidad e incluso la sospecha de que en ocasiones se dan actuaciones de oportunidad». Y para eso les ha hecho falta un editorial. ¡Qué simplones son!