El ex president de la Generalitat de Catalunya Jordi Pujol (CiU) aseguró ayer que «una reivindicación nacional se hace muy difícil de entender, a no ser que esta reivindicación nacional llegue a tomar un tono de violencia y amenaza a la paz; luego hacen cierto caso».

Durante la presentación del seminario «Cataluña en los medios de comunicación extranjeros» q ue hizo en el Centre Internacional de Premsa de Barcelona, consideró que la imagen exterior de Catalunya «queda tapada y ahogada por el hecho político español y el hecho lingüístico castellano» y reclamó a la Generalitat «un esfuerzo» para que los medios de comunicación extranjeros «entiendan el hecho catalán».

En este sentido, opinó que «esto de vender Catalunya siempre ha sido difícil, excepto en momentos históricos como la Transición, en la que Catalunya fue la esperanza democrática de España».

Tener un Estado propio

«Esta venta, quienes la podrían hacer son los corresponsales extranjeros, pero no sólo están en Madrid, sino que se nutren de la prensa madrileña y rara vez vienen a Catalunya», añadió.

«En el mundo, si no tienes un estado propio, presentar una cultura minoritaria y una lengua minoritaria no es fácil. Si se tiene estado propio, como mínimo te tienen que respetar el hecho de ser estado», destacó Pujol.

«Una reivindicación nacional se hace muy difícil de entender, a no ser que esta reivindicación nacional llegue a tomar un tono de violencia y amenaza a la paz; luego hacen cierto caso», declaró el ex president.

Lamentó que «las naciones-estado europeas están vinculadas a una tradición que consiste en ahogar a las nacionalidades internas y a las lenguas internas, y esto pasa en Francia, en la misma España, con más o menos intención en Gran Bretaña, y ha pasado en Suecia».

Pujol subrayó que el eco que tuvo el proceso de aprobación del Estatut provocó en los medios de comunicación de fuera del Estado español «confusión, una cierta incomprensión, a algunos les creó hostilidad y a otros sorpresa, y no lo han acabado de entender».

De forma similar se refirió a la Feria del Libro de Frankfurt, en la que Catalunya fue la invitada de honor en su pasada edición: «Los corresponsales extranjeros en Madrid en general no nos han tratado bien», de manera que «no han contribuido a disipar la sorpresa sobre la participación de una cultura y una lengua que no tienen estado» e instó al Ayuntamiento de Barcelona a que difunda su capitalidad catalana «porque las ciudades son más conocidas».