Las relaciones entre los trabajadores y la dirección de Dura Automotive nunca han sido sencillas. La amenaza del cierre siempre ha sido un arma que la multinacional estadounidense ha esgrimido cada vez que las partes se sentaban a negociar un pacto en los últimos años. Esta vez, sin embargo, la amenaza se ha concretado y todo hace pensar que los días de la planta de Orkoien están contados.

«Nunca te esperas un cierre, pero es como la historia del lobo, que al final viene», afirma Josu Urdaniz, delegado de LAB en la empresa de Orkoien. El lobo, en efecto, ha llegado, y además ha conseguido dividir a los sindicatos, que salvo LAB, parecen inclinarse únicamente a pelear por la indemnización y dar por perdidos los puestos de trabajo de 162 trabajadores, desde que el 8 de febrero la multinacional presentara un expediente de extinción de contratos. El comité de empresa está formado por CCOO (3 delegados), ELA (3), LAB (2) y UGT (1)

Urdaniz afirma que no tiene sentido pelear por algo que ya está firmado -60 días de indemnización por año trabajado- y no hacerlo por los puestos de trabajo. «Sabemos que es complicado, pero no podemos dar por perdida la batalla antes de empezarla. El apoyo de LAB a la huelga sólo tiene sentido si es para defender la continuidad de la empresa, no para que sólo cumpla lo firmado. Este es un debate estéril, y un mal ejemplo sindical».

Urdaniz indicó que los contactos mentenidos hasta el momento con la empresa sólo han servido para que la multinacional se aferre sus planteamientos. En la última, con presencia del mediador del Gobierno de Nafarroa, la empresa ofreció una indemnización de 45 días por año trabajado y 3.200 euros, cantidad que aumenta en 2.000 euros la anterior oferta, mientras que indicó que era «imposible» mantener los puestos de trabajo.

«La empresa está tentando a los sindicatos para ver si alguno entra al trapo. Saben que con cinco firmas pueden sacar su propuesta adelante. Además, la gente está desmotivada, ya ha hecho los cálculos de lo que le toca sin mirar más allá. En una asamblea pregunté quién estaba dispuesto a luchar por los puestos de trabajo, y nadie respondió», afirma Urdaniz.

El sindicalista indicó que, además, el cierre puede salirle gratis a la multinacional. «Se rumorea que con los terrenos que tiene pagará los despidos, alrededor de 6 millones de euros, antes de irse a Portugal y a la república Checa», añadió.