El espíritu necesario para conseguir la permanencia
Natxo MATXIN
El tobillo me dolía bastante, pero tenía ganas de jugar y me olvidé de ello». Testimonio simple y sincero de un joven futbolista que quiere comerse el mundo pasando por encima de las defensas rivales.
No sólo eso. Es la demostración palpable de que sigue vivo el espíritu que impulsa a los canteranos rojillos a sortear, contra viento y marea, todos los obstáculos para hacerse valer dentro de unas plantillas de elite donde la competitividad es cada vez más grande, especialmente en las posiciones más ofensivas.
Quizás por esa dificultad añadida -desde Ziganda no ha triunfado un delantero salido de Tajonar-, Kike Sola se ha convertido en el hombre de moda, en el nuevo ídolo local de la grada. De que haya sobre el césped futbolistas con ese ánimo dependerá muy mucho que Osasuna continúe un año más en Primera División.