A los artífices de la presente campaña electoral del PNV se les debería pasar de nuevo el episodio de «Barrio Sésamo» en donde explicaban lo de aquí y allí. O quizás se les debería explicar a los ideólogos de sus estrategias, que hay muchos vascos que están allí, porque no pueden estar aquí. Y no están aquí, porque ellos, los del PNV colaboraron por activa, pactismo con los de allí, pasiva y parabólica que los que deberían vivir aquí, estén allí. Por eso, más gilipollas que la niña de Rajoy es el eslogan de «Yo vivo aquí, ¿y tú?», porque aquí viven los habitantes de los cuarteles de la benemérita institución, los funcionarios de justicia y hasta María San Gil, por lo que la idea es mala, su resolución peor y el mensaje subliminal, roza la estupidez al pil pil.

En cambio no viven aquí los presos, los desplazados, los refugiados y otros muchos vascos y vascas que les gustaría vivir aquí, pero deben vivir allí, porque es donde encuentran las habichuelas. Es más, hay miles de ciudadanos que viven aquí y no pueden votar al partido o los partidos que pudieran defender sus ideas políticas debido al consenso silencioso de los señoritos del partido hegemónico que hacen ver que protestan por lo que hacen los gobiernos españoles de turno y sus aparatos judiciales, pero que en sus batzokis aplauden y celebran esta ausencia en las urnas de una opción que les molesta.

Viven aquí los que protegen a los fachas españoles y a la vez apalean a los antifascistas. Los que detienen «a los etarras más buscados», cuando éstos están intentado aclarar su situación. Les suelta el juez sin fianza, y teniendo que hacer el paripé de que se presenten en los juzgados para que el ridículo no sea absoluto, y entonces los mismos medios que los habían ya condenado, dan esta noticia por lo bajini. Y sucede tanto aquí como allí. Viendo los spots televisivos de los partidos que se presentan por aquí, me dan ganas de escapar ante tanto cinismo, tanto oportunismo, tanta mentira, tanta complicidad ante un estado de excepción jurídico. Yo vivo aquí, y me abstengo por decencia democrática. ¿Pasa algo? Les gustaría echarnos, pero, de momento, aquí estamos.