Los irlandeses Liam Neeson y Pierce Brosnan mantienen un salvaje duelo interpretativo en un western de estilo clásico, con el que debuta en el largometraje el realizador televisivo David Von Ancken. Acude a las raíces del género para recuperar el papel esencial de los grandes espacios abiertos, de la naturaleza que se impone a los dos personajes solitarios de «Enfrentados». Unos escenarios míticos en los que transcurre una persecución animada por el deseo de venganza, sin que apenas medien los diálogos o las palabras.

En este filme, Liam Neeson incorpora a un coronel unionista que, al término de la Guerra de Secesión, va tras la pista de un combatiente confederado a quien considera responsable de la masacre de su familia. Pierce Brosnan, como perseguido, continúa con su cambio de imagen destinado a romper con su anterior etapa de James Bond, cada vez más superada.

Los dos actores tuvieron que trabajar especialmente la expresividad corporal, además de enfrentarse a la dureza de un rodaje que tuvo lugar en localizaciones con temperaturas extremas. Su trabajo en común contribuye a recuperar la tradición de los intérpretes curtidos, que en plena madurez se desenvolvían con aplomo en el cine de acción a un ritmo pausado y cabal.