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Carga del 8 de Marzo en Iruñea

«El patriarcado iba esta vez armado con peloteros»

Militantes que desde hace 30 años celebran el 8 de marzo en Iruñea no podían creer que el sábado se les impidiera hacerlo. Otras personas se echaron a la calle junto a ellas como protesta. Y tanto unas como otras fueron agredidas. A una joven de 20 años le rompieron un hueso de la nariz. «El sábado, el patriarcado iba armado con porras y peloteros», resumieron ayer. Y se preguntan dónde quedan ahora las condenas a la violencia machista.

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Jasone MITXELTORENA

«El 8 de marzo es un día de homenaje a la mujer, y sirve de excusa para juntarnos y manifestarnos, con más razón y fuerza ante la prohibición. En los treinta años en que lo llevamos haciendo en Euskal Herria, nunca nadie nos ha puesto pegas; en todo el mundo salen a la calle». Así lo explicaba la activista de Emakume Internazionalistak Begoña Zabala, un día antes de la celebración ci- tada, con ocasión de la presentación de su libro, que da cuenta de esas tres décadas de reivindicación. Un ejemplo claro es la Comisión 8 de Marzo de Iruñea, que aúna a las mujeres que, en muy diversos ámbitos, trabajan durante el año por sus derechos. Con motivo de esta señalada fecha, se reúnen, debaten y se convocan las movilizaciones. Es una comisión ejemplar, ya que, dejando de lado las diferencias ideológicas, se enriquece de su propia pluralidad uniendo fuerzas en esa condición común: Ser mujeres.

Este año, su labor se ha visto obstaculizada por las autoridades españolas en Nafarroa. La excusa, la jornada de reflexión para las elecciones del domingo. Curiosamente, en lugares como Palma de Mallorca hubo movilizaciones con total normalidad; no se produjeron cargas, ni tan siquiera multas a los convocantes. Pero Nafarroa is different. La Comisión 8 de Marzo cuantificó ayer el número de personas aporreadas: más de 30. Una joven sentada en el suelo recibió hasta ocho golpes antes de poder huir. Es la «suerte» que corrieron muchas de las que decidieron sentarse en el suelo. Aunque al principio los agentes les pasaron por encima, una vez que hubieron despejado la Plaza del Castillo se ensañaron con ellas.

Una joven de 20 años, que se encontraba participando en la concentración junto a su madre aunque en ese momento se hallaba con sus amigas contemplando el ataque, recibió por detrás un golpe en plena cara: «Fue de repente, sin tiempo para nada», ha narrado su madre a GARA. «Sangraba mucho y la tuvimos que llevar a Urgencias. El parte médico habla de traumatismo facial. Tenía roto uno de los huesos propios de la nariz».

Al preguntársele si tiene intención de presentar alguna denuncia judicial por la agresión, responde con contundencia: «¿Para qué?». Al fin y al cabo, era el Tribunal Superior de Justicia de Nafarroa el que avaló la prohibición.

La carga no distinguió ni sexos ni edades: una mujer de 56 años se hallaba sola cuando los agentes le propinaron dos porrazos: «Me vi agredida, sin comerlo ni beberlo. Mi condición de ciudadana había desaparecido en ese momento», resume.

De la fiesta a la carga

La jornada del 8 de marzo había comenzado para las mujeres de modo festivo. Al mediodía, una alegre kalejira recorrió las calles de Alde Zaharra de Iruñea. Tras una comida popular, llegó la hora de la manifestación. Se había acordado citarse en la Plaza del Castillo al son de la batucada. «Las mujeres y las reivindicaciones feministas tuvimos nuestro espacio en las calles de Iruñea. Esta vez, además, superando todos los obstáculos legales que se nos quisieron imponer. Las mujeres de Iruñea dijimos que estaríamos en la calle, que celebraríamos el 8 de marzo y que las voces feministas se oirían por cada rincón de la vieja Iruñea. Y así fue», declararon ayer desde la Comisión en una rueda de prensa ofrecida en Iruñea.

Así, durante media hora se pudieron escuchar lemas que se han hecho populares durante 30 años, se repudió el machismo, se recordó a las mujeres muertas por la violencia de género y se reivindicó la libertad como derecho, libertad por ejemplo de poder decidir sobre su cuerpo, todo ello cantando y bailando. Fue una movilización que las organizadoras cifraron en más de 3.000 personas. «Hicimos realidad la promesa de salir a la calle, éramos miles de mujeres que nos sonreíamos con miradas cómplices. El unánime grito de `Gora borroka feminista!' nos unió en dignidad y fuerza para hacer frente a este sistema patriarcal», dijeron ayer. Un sistema patriarcal que no tardó en hacerse notar, a golpes. «El sábado se vistió de azul, con porras y peloteros, igual que el jueves anterior se había puesto la toga», explicaron en alusión a la carga y a la decisión judicial previa de vetar estas movilizaciones.

«No queremos más `macho man'»

«Sin poder asumir la victoria de la ciudadanía en la movilización, cargaron contra ella cuando ya se había dado por finalizada la misma. Cargaron por la espalda e indiscriminadamente. Cargaron con rabia contra una concentración pacífica con carácter reivindicativo pero también festivo», denuncia la Comisión, que muestra su total rechazo a lo que el delegado del Gobierno español, Vicente Ripa, ha calificado de «mínima fuerza imprescindible». Cerca en el tiempo pero lejos en los hechos queda el día en que el propio Ripa se reunió con las impulsoras de la campaña «Doce motivos contra la violencia de género».

Cuando agentes de la Policía española se presentaron ante la pancarta que encabezaba la concentración, las mujeres decidieron sentarse en el suelo con un doble objetivo: evidenciar el carácter pacífico de la movilización y defender su derecho a estar allí, en la calle. La Policía se incautó de la pancarta y, tras permanecer unos momentos ante la multitud sentada, se fueron. Les siguieron momentos de tensión, pero la actitud festiva de las manifestantes no cambió: «No queremos más `Macho Man», se les cantó a los agentes pertrechados con cascos y armados de porras, peloteros y pistolas.

La retirada de los «Macho Man» a las órdenes de Ripa se vivió como victoria, y al son de la batucada se decidió rodear el kiosko para, acto seguido, continuar la fiesta en Nabarreria. Pero la marcha se encontró con una barrera policial. No hubo tiempo siquiera a darse la vuelta, ya que llegaron los refuerzos policiales. En cuestión de segundos, los y las presentes en la Plaza del Castillo se vieron obligados a correr bajo disparos de los peloteros; aunque luego se pudo comprobar que no llevaban carga, provocaron una peligrosa estampida. Hubo muchas personas a las que no se les dio tiempo a apartarse. Otras muchas decidieron sentarse en el suelo para seguir reivindicando su derecho a permanecer en aquel espacio, y tanto ellas como quienes se limitaban a mirar la escena o a expresar su protesta recibieron una lluvia de porrazos.

La Comisión 8 de marzo tiene constancia de más de 30 personas contusionadas, pero se pregunta cuántas más quedarán sin saberse. Y es que, no contentos con desalojar la Plaza, las cargas se sucedieron por las calles Estafeta, Zapatería y Nabarreria... En este último punto sí hubo pelotazos; uno de ellos impactó contra el cristal de un bar de la plaza, que cayó encima de una persona que se hallaba en ese momento en el lugar totalmente ajena a lo que ocurría.

Al margen de la ilegitimidad de la actuación policial, la Comisión tenía ayer una pregunta añadida para el delegado del Gobierno: «Señor Ripa, ¿ésta es la mínima fuerza imprescindible?». Con las elecciones de por medio, pese a su virulencia la carga policial no ha deparado ninguna polvareda política. Entre los grupos parlamentarios, Nafarroa Bai presentó el martes una declaración institucional en la que considera «desmedida» y «desproporcional» la actuación policial. Añade que «la prohibición de la manifestación con motivo del día de reflexión no conllevaba la necesidad de responder con la fuerza, ya que existían otras opciones». UPN y PSN, por su parte, ni han abierto la boca.

«Nuestra dignidad no está en venta»

Pese a todo ello, desde la Comisión no se olvidan de dejar de «felicitar a todas las personas que el sábado hicieron suya la reivindicación feminista, y que sin miedo alzaron su voz por encima de las imposiciones y las prohibiciones. Consideramos que una vez más Iruñea y sus gentes hemos demostrado que nuestra dignidad no está en venta y que nuestra apuesta por cambiar esta sociedad es firme». Una sociedad gobernada por los que «intentaron acallar las voces rebeldes de Iruñea, pero a la vista está que no lo consiguieron». Y no lo hicieron debido a, tal y como agradecieron, «la ciudadanía de Nafarroa, y en especial a las mujeres por mostrar esa fuerza y contundencia en la defensa de nuestros derechos». Asimismo, animaron a «todos los agentes sociales a seguir implicándose en la lucha por los derechos de las mujeres, y a toda la población a no dar ni un paso atrás en la lucha feminista».

Pero tampoco quisieron dejar sin recordar «el silencio de todos los partidos partidos políticos de Nafarroa, que no han hecho el mínimo comentario ni ante la prohibición del día, ni tras su celebración». Se mostraron perplejas ante tal hecho. Y más de una se pregunta ante la evidencia: ¿Dónde quedan las condenas a la violencia contra las mujeres cuando en esta ocasión ha sido masiva y ejercida por las propias fuerzas policiales del Estado?

 

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