Comienza este fin de semana una nueva edición del Campeonato Mundial de Fórmula 1 de la FIA. Será la edición número 59 y contará con más alicientes que nunca. Cambios de escuderías, nuevos fichajes, nuevas reglas, y una pretemporada interesante vaticinan que estamos ante un Mundial muy entretenido. Los favoritos, los de siempre, Ferrari y McLaren. El resto, a buscar la sorpresa.

Las últimas temporadas han venido manchadas con escándalos extradeportivos. No es necesario hacer un gran ejercicio de memoria para recordar el caso de espionaje del año pasado, que acabó con McLaren expulsado del Mundial de Constructores.

Pero por encima de toda polémica, la temporada 2007 será recordada por haber sido uno de los campeonatos más apretados de la historia de la Fórmula Uno. Parecía que McLaren tenía el título en el bolsillo. Pero las denuncias de espionaje, el pique personal que había entre los dos pilotos de la escudería anglo-germana -Lewis Hamilton y Fernando Alonso-, y la pericia del piloto finlandés Kimmi Raikkonen, acabaron con el título en manos de este último.

El duelo personal que mantenían Hamilton y Alonso fue otro de los alicientes de la temporada pasada. La gresca estaba servida en cada declaración o encuentro que mantenían. La intensidad de los piques que tenían fue en aumento y la culminación de sus desencuentros se reflejó en la última carrera del año pasado. La escudería no supo actuar como mediadora en el conflicto y pagó muy cara su falta de prevención. Este año correrán en equipos distintos. El inglés se queda en McLaren y Alonso vuelve a la casa donde ganó dos mundiales, Renault.

Pero éste no ha sido el único movimiento entre pilotos. El puesto que el asturiano dejó vacante ha sido ocupado por un Heikki Kovalainen que parece seguir los pasos del bicampeón; ya que antes había sido el encargado de suplirle en Renault.

Por otro lado, Ralf Schumacher ha abandonado la Fórmula Uno y participará en el Campeonato Alemán de Turismos. Su puesto en Toyota lo cogerá Timo Glock. Como novedad cabe destacar la recién creada escudería Force India. Nace de las cenizas de la histórica escudería Jordan, pero con la ayuda económica del magnate indio Vijay Mallya.

La temporada arranca con pequeños, pero interesantes, cambios en cuanto a mecánica. Para empezar, y en un intento de primar la habilidad de los pilotos, desaparecerá el control de tracción electrónica; sistema por el que unos equipos se beneficiaban más que otros. Siguiendo con el aspecto más técnico de los coches, habrá nuevas restricciones para modificar y evolucionar su aerodinámica, así como para cambiar el motor.

A este respecto, una de las medidas que más polémica ha levantado es la obligación de tener que usar la misma caja de cambios durante cuatro carreras. Sobre aerodinámica se introducirá el sistema CDG, un alerón que hace que el aire baje más hacia el centro del monoplaza. Esto permitirá que los coches puedan circular más cerca unos de otros sin perder adherencia, creando más posibilidades de adelantamiento.

También entrará en vigor la obligación, en un intento de «sumarse a la conciencia ecológica», de que el 5,75% del combustible que se use sea derivado de materias biológicas.

Cambios en la clasificatoria

Tecnología aparte, también habrá alguna leve diferencia en el formato de clasificación. Antes la serie se dividía en tres mangas de 15 minutos cada una. A partir de este año las dos primeras mangas (Q1 y Q2) serán de 20 minutos cada una. En cambio, la última sección (Q3) será de 10 minutos. La razón de este cambio es que antes los pilotos que llegaban a la tercera ronda gastaban los primeros minutos en quemar gasolina, y de esta manera se verán obligados a competir desde el principio de la última manga.

El domingo a las 6.30 de la mañana (hora de Euskal Herria) dará comienzo la primera prueba puntuable de 2008. Será el Gran Premio de Australia y dos horas más tarde la bandera a cuadros nos habrá hecho saber quién ha sido el vencedor de la prueba. Seguramente el ganador sea uno de los favoritos ya mencionados. Pero que nadie se confíe. Los sustos, los nervios y los imprevistos son los ingredientes necesarios para que la atención del espectador siga siendo fiel a este deporte.