Los estudios de cine no cejan en sus repetidos intentos por dar con otro filón como el de la escritora J.K. Rowling, probando con la mayoría de autores de literatura infantil. Ahora le toca el turno a Tony Di Terlizzi y Holly Black, adaptados por un equipo de guionistas entre los que se encuentra el cineasta independiente John Sayles, quien se busca la vida profesional como puede. La mejor noticia es que la película resume los cinco volúmenes de los que constan «Las crónicas de Spiderwick», siendo una especie de concentrado que no deja mucho lugar a posibles continuaciones o una saga completa al estilo de Harry Potter.

La recepción a «Las crónicas de Spiderwick» está siendo mejor que la que tuvo la superproducción «La brújula dorada», gracias a su modestia y total falta de pretensiones, al no desear ser otra cosa que un relato fantástico para niños y niñas, que solamente quiere entretener. A su favor también cuenta con un elemento muy a considerar, que es el protagonismo de uno de los mejores actores infantiles del momento. Todas las películas en las que interviene Freddie Highmore gustan a los más pequeños, pues no hay más que fijarse en su racha de éxitos artísticos y comerciales con «Descubriendo Nunca Jamás», «Charlie y la fábrica de chocolate», «Arthur y los Minimoys» o «Augut Rush». Aquí, la precoz estrella contenta a su fans doblemente, ya que interpreta a dos hermanos gemelos. No es de extrañar que la pareja de autores de la novela reconozca que se inspiran en los cuentos de los hermanos Grimm. En cambio, el realizador Mark Waters está más influido por Spielberg.