El suizo de CSC Fabian Cancellara celebraba ayer su 27º cumpleaños, y a fe que lo celebró por todo lo alto. Después de llevarse la contrarreloj del domingo, el ciclista helvético pudo festejar el aniversario de su nacimiento amarrando el liderato de la general de la Tirreno-Adriático. De hecho, estaba cantado.

No todos pudieron celebrar algo ayer. Juanjo Oroz, que había llegado al liderato del premio de la montaña en la jornada anterior, no pudo llevarse tan prestigioso maillot a su casa, ya que se lo arrebató el corredor del conjunto Ag2r Lloyd Mondory. Poca recompensa para un ciclista que tanto se ha hecho notar en la ronda transalpina.

El ciclismo vasco, sin premio

Aunque se hizo notar, el ciclismo vasco no tuvo ayer su mejor día. El dúo de Euskaltel-Euskadi compuesto por Egoi Martínez e Iñigo Landaluze dieron una larga galopada que terminó a falta de pocos kilómetros, concretamente en la última vuelta del ciurcuito trazado en la ciudad de San Benedetto del Tronto.

La última etapa estaba «destinada» para que terminara al esprint y así fue, aunque el vencedor no fuera tan ilustre como se esperaba. El italiano de Liquigas Francesco Chicchi se mostraba como el más veloz entre los velocistas.

Y es que los Euskaltel-Euskadi hicieron sudar de lo lindo a los «obreros» del pelotón. Además, ya con el gran grupo en plena persecución de Landaluze y Martínez, la lluvia hizo acto de presencia en las calles -bastante sucias, por cierto- de San Benedetto del Tronto. Así las cosas, el pelotón se hacía trizas a la salida de una curva cuando varios corredores, entre ellos el velocista Gerald Ciolek, se caían. La resultante fue ver a gente como Petacchi sin compañeros de equipo o Boonen y Freire en el segundo pelotón. Tras volar en las dos últimas vueltas, Chicchi remataba en el esprint.