Liga LEB Oro
La derrota no duele tanto como la pérdida del average
Los donostiarras son ahora terceros después de un desastroso último minuto
ALICANTE 90
Aritz SORZABAL | DONOSTIA
Bruesa Gipuzkoa Basket pasó ayer de poder dar un paso de gigante hacia el ascenso a complicársele mucho ese objetivo tras perder en casa con el Alicante Costa Blanca (79-90). La derrota no es tan grave como la pérdida del average, que puede ser decisivo en vista de la igualdad en la zona alta de la tabla.
Los donostiarras no tuvieron la suficiente cabeza fría para darse cuenta de que el choque estaba perdido a escasos segundos del final y que lo importante era mantener al Alicante por debajo de la barrera de los nueve puntos, renta con la que ganaron los vascos en el encuentro de la primera vuelta. No parecía una tarea demasiado difícil, a poco que se jugara con criterio. Pero el último minuto, al que se entró con un 79-84 en contra, fue un desastre. Los visitantes, aprovechando graves errores defensivos cuando aún había opciones de remontada y superando una presión suicida cuando el objetivo no debía de ser otro que el average, anotaron canastas fáciles, elevando su ventaja al 79-90 final.
Hasta ese fatídico último minuto, el choque no se rompió en ningún momento. De hecho, el inicio fue un toma y daca entre un Alicante con bastante más calidad y plantilla que la mayoría de los equipos de LEB y un Bruesa que comenzó más concentrado que de costumbre.
Hasta el segundo cuarto
Los donostiarras eran consciente de la importancia del choque, así que saltaron a la cancha dispuestos a tomar el mando del encuentro. Lo consiguieron, aunque sin despegarse de un pegajoso rival que redujo a cuatro puntos la desventaja sobre la bocina del primer cuarto (21-17). Úriz había conseguido dar frescura al ataque local, pero en el segundo cuarto los visitantes pasaron a dominar. Se pusieron por primera vez por delante con una canasta de Carroll (34-35) -una auténtica pesadilla-, neutralizada después con dos tiros libres de Salva Arco.
Sin embargo, dos triples de Carroll y Norel dieron nuevamente ventaja a un Alicante que se mostró muy cómodo con el marcador a favor (38-42). Un 2+1 de Panko en el último segundo de la primera mitad redujo los daños (43-46), pero los visitantes siguieron dosificando su pequeña pero valiosa renta hasta el final, salvo en algún momento aislado en el que los guipuzcoanos consiguieron ver la luz.
Eso ocurrió en el tercer cuarto (55-54), tras canasta de Brown, y al comienzo del último acto (68-67), gracias a una penetración de Panko. Sólo fue un espejismo, dado que a los alicantinos no les tembló el pulso.