El auténtico drama del «zatoichi» o samurái ciego
«Love and Honor»
Por fin llega a nuestros cines la tercera y definitiva entrega que cierra la trilogía sobre los samuráis del veterano cineasta Yôji Yamada, al igual que las anteriores «El ocaso del samurai» y «La espada oculta» basada en una novela de Shuhei Fujisawa. Esta vez el tratamiento realista y desmitificador es aplicado a la popular figura nipona del «zatoichi» o samurái ciego, con lo que todavía gana más si cabe en intensidad dramática en pos del catárquico duelo final.
Mikel INSAUSTI | DONOSTIA
Es una inmensa suerte que la trilogía sobre los samuráis de Yôji Yamada nos haya llegado íntegra, a la vista de que el grueso de la obra de este veterano cineasta japonés sigue totalmente inédita en nuestras pantallas. Esta tercera entrega se ha hecho esperar, tras su paso por la Seminci y las once nominaciones conseguidas en los premios de la Academia de cine de su país, a pesar de la buena acogida crítica dispensada a las previas «El ocaso del samurai» y «La espada oculta».
«Love and Honor» continúa el camino de austeridad formal que se ha marcado el modesto realizador japonés, artífice del tratamiento más realista y desmitificador que ha recibido en toda su historia del género chambara, que es como se denomina en Japón a las películas de samuráis. En su tercera entrega, Yôji Yamada ha reducido las escenas de acción al mínimo, interesándose más por un reflejo naturalista de la vida de las gentes de armas en la época feudal, con sus miserias y problemas cotidianos. La dura supervivencia entra en conflicto con el cumplimiento del bushido o código de honor, por lo que la dignidad personal acaba imponiéndose en última instancia a la lealtad al shogun o señor.
En «Love and Honor» sale a relucir la conocida figura del samurai ciego, ese zatoichi al que se han dedicado tantas y tantas películas, hasta que Takeshi Kitano acabó por hacer una lectura paródica del mismo. Ni que decir tiene que Yamada se lo toma mucho más en serio, haciendo una interpretación dramática de la dificultad que supone la falta de visión para un hombre entrenado en el uso de la katana. En consecuencia, el duelo final busca un efecto catárquico, en cuanto culminación de un acto de venganza o, si se prefiere, de justicia ciega. El director de 77 años ha confiado como protagonista en el joven actor Takuya Kimura, descubierto por Wong Kar-Wai en «2046», llegando a declarar que le recuerda a cuando conoció por primera vez al gran actor Ken Takakura.
El antihéroe de «Love and Honor» sueña con ser maestro en artes marciales, pero su triste existencia se ve sometida a la humillación de tener que hacer de catador para su señor, habiendo de probar la comida que le van a servir ante el temor de un posible envenenamiento. Un día se intoxica con marisco en malas condiciones, accidente que le provoca la pérdida de la vista. Su mayor desgracia es no poder ocuparse de su esposa y de su criado, lo que llevará a la mujer a trabajar para un hombre que la desea sexualmente. La infidelidad no tarda en producirse, lo que dará paso al deseo de venganza por parte del samurái ciego, que empezará a practicar la lucha guiándose por el resto de sus sentidos, especialmente por el oído, aunque lo que le guía, en definitiva, es el orgullo herido.
Título original: «Bushi no Ichibun».
Dirección: Yôji Yamada.
Guión: Yôji Yamada, Eniko Hiramatsu e Ichirô Yamamoto, sobre una novela de Shuhei Fujisawa.
Producción: Ichirô Yamamoto e Hiroshi Fukazawa.
Fotografía: Mutsuo Naganuma.
Música: Isao Tomita.
Intérpretes: Takuya Kimura, Rei Dan, Takashi Sasano, Mitsugoro Bando, Nenji Kobayashi, Ken Ogata, Kaori Momoi.
País: Japón; 2006.
Duración: 121 minutos.
Género: Chambara.