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Hallazgos en Atapuerca

¿Era el «Homo antecessor» realmente africano?

La mandíbula de 1,2 millones de años de antigüedad encontrada por el equipo investigador de los yacimientos de Atapuerca ha vuelto a cuestionar el origen africano del «Homo antecessor». Todavía tienen que demostrar que efectivamente estos restos pertenecen al «antecessor» pero, en caso de confirmarse, significaría que nos encontramos ante la primera especie genuinamente europea y confirmaría que la evolución no es algo lineal sino un proceso «muy ramificado».

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GARA | BURGOS

Las investigaciones realizadas en los yacimientos de la Sierra de Atapuerca en Burgos ponen en duda el origen africano del Homo antecessor. Algo que, por otra parte, no es del todo nuevo, puesto que ya se planteó hace algunos meses en el II Seminario de la Cátedra Atapuerca.

Ahora, en cambio, el equipo director de las excavaciones, formado por Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell, considera que el Homo antecessor, al que corresponden los restos de una mandíbula de 1,2 millones de años encontrada el pasado 27 de junio en los yacimientos de la Sima del Elefante, es el antepasado directo del hombre actual. «El fragmento de mandíbula encontrado en el yacimiento de la Sima del Elefante tiene rasgos muy arcaicos, que recuerdan a los que presentan los homínidos de Dmanisi, pero también tiene rasgos de aspecto `más moderno'; es decir, un mosaico de caracteres que la hace única. Provisionalmente, hemos asignado este fósil a la especie Homo antecessor, puesto que los yacimientos están muy próximos y su distancia en el tiempo tampoco es excesiva», adelantó Bermúdez de Castro antes de la rueda de prensa que tuvo lugar ayer en Burgos. Cabe recordar, en este sentido, que en el yacimiento de Dmanisi (república de Georgia) encontraron, hace veinte años, restos humanos con dataciones de 1,7 millones de años de antigüedad, pero Dmanisi está lindando con Asia, y se trataría de la zona conocida como Eurasia.

En la comparecencia de ayer, sin embargo, los tres directores del equipo investigador dieron cuenta de los pormenores de la campaña de excavación de 2007, explicando, en primer lugar, que el Homo antecessor es «el mejor candidato para ser nuestro antepasado y si alguien no está de acuerdo que demuestre que no es así». Arsuaga señaló que con los hallazgos de diversas especies del género Homo en los últimos años queda claro que la evolución no es algo lineal, sino «muy ramificada, con dos o más especies existiendo de forma simultánea».

En este sentido, aclaró que algunas de las especies son parientes del hombre actual y otras son antepasados directos, «los padres de los padres de nuestros padres», dijo, entre los que destacaría el papel del antecesor. Bermúdez de Castro, por su parte, destacó que los restos de mandíbula fechados hace 1,2 millones de años, que han sido objeto de la publicación en portada en la revista «Nature», corresponden a «la primera especie genuinamente europea».

«Se trata probablemente de la primera especie formada en Europa a partir de la salida de homínidos de África hace unos dos millones de años, aunque ahora falta por determinar con pruebas este origen y saber cuál fue su destino», precisó Bermúdez de Castro.

Desde Oriente Próximo

El tercer director de la excavación, Eudald Carbonell, trazó la cronología de la evolución a partir de la llegada, probablemente a Oriente Próximo, de una especie procedente de África, hace 1,8 millones de años.

Esta especie africana se habría desplazado hacia Asia, dando lugar al Homo Erectus, y hacia el oeste, hacia Europa, donde se ha localizado al Homo antecessor. Carbonell descartó la posibilidad de que hubiera un paso de homínidos africanos por el estrecho de Gibraltar y ha desvinculado el Homo antecessor de África «por la relación entre lo biológico y lo cultural».

Sostuvo, asimismo, que miles de años antes de la fecha en la que están datados los restos de Homo antecessor localizados en Atapuerca, en África ya había evidencias del uso de hachas. «Todo indica que en África había un notable desarrollo tecnológico, mientras en Europa se puede hablar de subdesarrollo tecnológico, con sólo unas pocas herramientas muy rudimentarias; si el paso hubiera sido directamente desde África también se habrían traído su tecnología», precisó Carbonell.

En cuanto a las técnicas de investigación utilizadas para datar los fósiles, el equipo recurrió al método de núclidos cosmogénicos producidos por exposición a los rayos cósmicos. Así, los investigadores analizaron las concentraciones de aluminio y berilio en granos de cuarzo obtenidos en el nivel donde se encontraron los fósiles. La relación isotópica de estos dos elementos varía con una tasa determinada, una vez los granos de cuarzo quedan enterrados. Mediante este «cronómetro geológico» se ha determinado una edad de 1,2 millones de años, con un periodo de oscilación de 160.000 años de antigüedad para este nivel, que concuerda bien tanto con los estudios de paleomagnetismo como con los de biocronología.

El Museo

En la rueda de prensa también estuvo María José Salgueiro, consejera de Cultura de Castilla y León, que aprovechó para anunciar el «buen ritmo» de las obras de construcción del futuro Museo de la Evolución Humana y el Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana de Burgos.

Recordó que el proceso museístico también ha empezado y que los centros de recepción de turistas de Atapuerca y de Ibeas de Juarros han sido licitados por 8,7 millones de euros.

Juan Luis Arsuaga, por su parte, destacó la importancia de estas nuevas infraestructuras para respaldar la importancia de los yacimientos de Atapuerca que, después de 30 años de trabajo de excavación, son «sin duda el proyecto más importante del mundo en el estudio de la evolución humana».

Euskal herria

En Euskal Herria no se han hallado restos humanos tan antiguos, aunque sí industrias líticas en Urbasa o Irikaitz. Sí se han encontrado restos óseos de «neanderthales» en Lezetxiki, Axlor o Arrillor. Los restos de «Cromañones», no sólo óseos, sí que son abundantes.

HOMBRE DE ORCE

José Gibert descubrió hace veinte años en el yacimiento de Venta Micena en Orce-Granada un fósil, posiblemente de un niño, que tiene una datación confirmada de 1,3 millones de años y que se conoce como el Hombre de Orce .

DMANISI

Aunque el equipo de investigadores de Atapuerca no haya mencionado al Hombre de Orce, sí que ha recordado los hallazgos de Dmanisi, con dataciones de 1,7 millones de años.

De abuelos, padres y tíos

Fue aproximadamente hace 4 millones de años cuando, en África, algunos simios debieron de descubrir la ventaja comparativa que, de cara a la visibilidad sobre la maleza y, por tanto, de cara a la supervivencia, les reportaba alzarse sobre sus extremidades traseras. Lo que en principio debió de ser una práctica ocasional se convirtió, con el tiempo, en algo habitual, y así surgieron los primeros bípedos.

Las extremidades delanteras quedaron disponibles para otras tareas ligadas a la locomoción, al tiempo que la posición erguida permitía un mayor desarrollo de la capacidad craneal. Como consecuencia, surgieron los australopithecus, homínidos como la célebre Lucy, que vivió en territorio de lo que hoy es Etiopía entre hace 3 y 3,6 millones de años.

Más «recientemente», hace unos 2,5 millones de años, vivió, también en África, el Homo habilis, a quien con frecuencia suele considerarse el primer ser humano. A éste le siguió, hace 1,6 millones de años, el Homo erectus, una de cuyas principales características fue la «afición» por viajar. De hecho, él fue el que sacó el género Homo por primera vez de África y lo llevó, primero, a Asia y, mucho después -al menos según se creía hasta hace apenas unos años-, a Europa.

Hace unos 125.000 años, descendiente en línea directa del erectus, se desarrolló en Europa el Homo sapiens neanderthalensis, que se extinguió hace unos 28.000 años. Esta especie compartió sus últimos momentos sobre la tierra con el Homo sapiens sapiens, simplificando, el hombre de Cromañón, del que somos descendientes directos los actuales humanos.

El Homo sapiens sapiens surgió en África hace unos 100.000 años y no llegó a Europa hasta hace unos 40.000.

Los investigadores de Atapuerca afirman, por una parte, que sus hallazgos evidencian que la población humana de Europa es muy anterior a lo que hasta no hace mucho se pensaba y, por otra, que lo que ellos denominan Homo antecessor, considerado el primer homínido Europeo, es también un antepasado de los hombres y mujeres de hoy en día.

¿Pero no habíamos quedado que la actual población descendía del Homo sapiens sapiens, una especie africana?, puede que se pregunte el lector. Y así es. Lo que los investigadores de la burgalesa Sierra de Atapuerca sostienen es que la evolución del Homo Erectus que se quedó en África dio origen al Homo sapiens sapiens, mientras que la del Homo Erectus que emigró a Europa dio como resultado el Homo sapiens neanderthalensis, de modo que el Homo antecessor sería el último antepasado común de las líneas evolutivas del Neanderthal y de los humanos actuales.

En definitiva, si los cromañones son nuestros padres, los Homo antecessor son nuestros abuelos, y los neandertales, nuestros tíos. Cosas de familia. Martin ANSO

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