A primera hora de la tarde de ayer, la Ertzaintza informaba de que había encontrado restos de una explosión de dos bombas en un repetidor situado en el macizo de Izarraitz, entre los municipios guipuzcoanos de Azpeitia y Azkoitia. Hacia las once de la mañana un comunicante anónimo había alertado en nombre de ETA a la DYA de Gipuzkoa de la colocación de un artefacto en una instalación de telecomunicaciones del monte Erlo.

Los agentes desplazados al lugar encontraron al mediodía los restos de la explosión y, en un principio, fuentes del Departamento de Interior comentaron que un artefacto había sido colocado en las proximidades del acceso al repetidor, mientras que el segundo explosionó en el interior de la instalación.

Ya hacia las diez de la noche, desde la consejería que dirige Javier Balza se confirmó que se trataba de una única bomba y que los daños provocados por la explosión fueron de poca cuantía, afectando a la puerta del recinto y al interior del mismo.

Según las primeras investigaciones realizadas por la Ertzaintza, se trataría de «un artefacto temporizado de los que habitualmente utiliza ETA».

El pasado 23 de febrero, otro artefacto explotó en un repetidor ubicado en el monte Arnotegi de Bilbo. Entonces, Interior afirmó que era una «bomba-trampa», compuesta por unos cinco kilos de cloratita, que había explotado dos horas después de lo indicado por el comunicante que avisó de su colocación en nombre de ETA. También afirmó que el objetivo eran los agentes de la Ertzaintza dedicados a labores de desactivación de explosivos.

Ayer, las declaraciones de condena de algunas instituciones y partidos políticos no se hicieron esperar. El Ejecutivo que preside Juan José Ibarretxe aseguró que «la violencia es sólo violencia» y que con esta acción «ETA vuelve a demostrarnos que no está dispuesta a abandonar el recurso a la violencia y que no está dispuesta a respetar la opinión unánime de la sociedad vasca».

El Gobierno de Lakua comentó también que «la ciudadanía de este país aborrece la violencia y desea lograr un espacio de convivencia fundamentado en el respeto a las ideas de todos y en la paz».

«Vías políticas»

En el mismo sentido, Aralar expresó su rechazo a la par que exigía a ETA que «escuche lo que está solicitando insistentemente la sociedad vasca y dé paso a las vías exclusivamente políticas». Considera Aralar que «atentados como el del monte Izarraitz están absolutamente fuera de lugar y de tiempo, ya que no aportan nada a la solución del conflicto».

Para Eusko Alkartasuna, este tipo de acciones armadas «atentan contra los principios de la democracia y la convivencia», y al mismo tiempo «suponen un serio obstáculo en el camino hacia la pacificación y normalización política de Euskal Herria, que sólo llegará por medio de las vías políticas y democráticas».

EB-Berdeak entiende que se trata de «un ejemplo más de terrorismo e intimidación violenta» con el que ETA «persigue amedrentar a la sociedad vasca» para así «coartar las ansias de paz».

El PP de la CAV, por su parte, hizo hincapié en que este último atentado es un argumento más para «desbancar de las instituciones a quienes respaldan el terrorismo».