Santi Kiroga y Mariné Pueyo admitieron ayer el sinsabor de la izquierda abertzale tras el debate de investidura celebrado en el Congreso y que derivará hoy en la reelección de José Luis Rodríguez Zapatero. Más aún, afirmaron que es la mayoría de la ciudadanía vasca la que ha recibido «con estupor y resignación» la constatación de que el PSOE incide en vías ya fracasadas cuando «se esperaba otro mensaje».

Los dos electos independentistas resumieron esta oferta del PSOE en dos conceptos: «Constitución y, para quien no la acepte, represión». Es lo mismo, añadieron, que hicieron en su día Adolfo Suárez, Felipe González, José María Aznar «y quienes les antecedieron», pero sin resultado: «Ninguno ha acabado con la izquierda abertzale pese a intentarlo una y mil veces».

La izquierda abertzale cita otro elemento paralelo: las declaraciones del ministro del Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba, vaticinando «un largo ciclo de violencia». Concluye de ello que el PSOE «apuesta claramente por alargar el conflicto». Y añade que se confirma así que su único objetivo en el proceso de negociación fue tratar de «asimilar la lucha de la izquierda abertzale» y no hacer una apuesta sincera por la solución.

Sin embargo, en su comparecencia en Iruñea dejaron claro que no se resignan. Al contrario, avanzaron que en las próximas semanas tomarán la «iniciativa política» actuando «con total responsabilidad una vez más».

«Que nadie dude de que seguiremos trabajando para que se produzca el cambio político y para que se abran las puertas al Estado vasco si así lo decide la ciudadanía», resumió Pueyo para situar el objetivo de esta iniciativa. Kiroga precisó que por el momento no detallarán su contenido: «Queremos mantener un punto de suspense», admitió a los periodistas.

Los electos de Iruñea y Uharte reivindicaron la apuesta por la solución justo en el día en que, según recordaron, se cumplían diez años del acuerdo de Stormont. Y recordaron que uno de los negociadores del PSOE, Jesús Eguiguren, acaba de situar los buenos resultados electorales del PSE como «un premio a Zapatero por el intento negociador. ¿No es eso entonces lo que debiera seguir haciendo? Pues parece que no», lamentaron.

NaBai y PNV, «sumisos»

Buena parte de su comparecencia estuvo destinada también a denunciar la posición del PNV y Nafarroa Bai. Pueyo y Kiroga resumieron que el PSOE les ha propuesto reducir la demanda social de cambio político a «meras reformas estatutarias dentro del yugo de la Constitución. Les ha dicho: `Lo tomas o lo dejas'. Y el PNV ha querido el envido».

En respuesta, consideraron que Josu Erkoreka ha ofrecido a cambio «un nuevo ciclo basado en la partición». Y por lo que respecta a Nafarroa Bai, apuntaron que la intervención de Uxue Barkos en el debate de investidura evidencia que «se sitúa una vez más como un agente sin oferta política para el conjunto de Euskal Herria, limitado a un discurso caduco por el cambio de gobierno en Navarra, que parece sumergido en la frustración de no haber tocado poltronas. Nafarroa Bai no tiene un objetivo más allá de eso. Pero sin el cambio de estatus, aquí no hay cambio posible», incidieron una vez más.

Los miembros de la izquierda abertzale afirmaron que contemplan esta posición «con pena y vergüenza». Definieron a ambas fuerzas como «regionalistas» y aseguraron que «tienen una posición sumisa hacia el PSOE y se han colocado dentro de la estrategia de defensa del proyecto español».