La crisis social acentúa las presiones para un cambio de Gobierno en Haití
Haití es uno de los países más pobres del mundo. Los habitantes viven con menos de un euro al día. A la ya crítica situación, se ha sumado la carestía de los productos básicos, ante lo que miles de personas han salido a las calles y el Senado ha pedido la cabeza del primer ministro.
GARA |
Desde mediados de 2007, el coste mundial de los alimentos casi se ha duplicado, lo que ha tenido especial incidencia en Haití. Con nueve millones de habitantes, es uno de los países más pobres del mundo. Cerca del 60% de los haitianos vive con menos de 70 céntimos de euro al día y el paro supera el 80%.
La expresión grangou klowox, que significa «comiendo lejía», se ha puesto de moda entre la población en los últimos meses; una expresión que pone de manifiesto la quemazón que sienten en el estómago debido al hambre. «Tengo cinco hijos y cuando puedo les doy de comer. Algunos días es pan y otros, azúcar», manifestó Paul Fleury, de 53 años y desempleado desde hace diez años. Su caso es fiel reflejo de la situación del país.
El precio de un paquete de 120 libras de arroz, por ejemplo, pasó de 35 a 75 dólares, mientras que la gasolina volvió a subir por tercera vez en dos meses.
Las protestas, que comenzaron en la ciudad sureña de Les Cayes por este notable incremento del precio de los productos básicos, se han sucedido diariamente en la última semana.
Algunas fuentes hablaban de cinco muertos y de más de medio centenar de heridos. La organización humanitaria Médicos sin Fronteras (MSF) indicó que, en tan sólo dos días, atendió en la capital haitiana a 31 personas, de ellas 15 por heridas de bala. Emisoras locales, además, informaron del saqueo de la bodega de arroz que el Gobierno tiene a las afueras de Puerto Príncipe y de la oficina del alcalde de Petionville.
El Senado pide dimisiones
A la gran crisis social se suma la política. Cada vez son más las voces que piden un cambio de Gobierno. Horas después de la intervención del presidente, Réne Préval, llamando a mantener la calma, senadores reclamaron en una carta la renuncia inmediata del primer ministro, Jacque Edouard Alexis.
Hace un mes ya fue sometido a una moción de censura en el Parlamento por su mala gestión y la carestía de los productos. La iniciativa no prosperó y obtuvo un voto de confianza.
«Se necesitan medidas económicas urgentes a medio y largo plazo, así como decisiones políticas valientes», subrayó el presidente de la Asamblea Nacional, Kelly Bastien.
En su discurso tras una semana de silencio, Préval, de 54 años y en el poder desde 2006, sostuvo que están pagando «las consecuencias de las malas políticas aplicadas desde hace 20 años en Haití».
El mandatario caribeño, que ya estuvo al frente del país entre los años 1996 y 2001, pidió también el cese de las protestas y de los actos de violencia porque no ayudan en nada; «al contrario, pueden aumentar la miseria e impedir las inversiones».
El Gobierno de Estados Unidos ha suspendido las operaciones de su embajada en Haití y ha pedido a los ciudadanos estadounidenses residentes en el país que, en lo posible, no salgan a la calle.
Haití no es el único país que ha sido escenario de duras movilizaciones por la carestía de los productos de primera necesidad y el hambre. Entre el 20 y 28 de febrero, más de un centenar de personas fueron detenidas en Burkina Faso. Las protestas se sucedieron en distintos puntos del país.
El 23 de febrero, la violencia sacudió una treintena de ciudades de Camerún. Además de los elevados precios, denunciaban un proyecto de reforma constitucional que permitiría al presidente Paul Biya, en el poder desde 1982, repetir un nuevo mandato. Un balance oficial cifró en 40 los muertos, mientras que una ONG elevó a un centenar el número de víctimas mortales.
El 30 marzo, en Senegal, las asociaciones de consumidores salieron a la calle en contra de la subida de los precios de productos como el aceite, la leche, el arroz y el jabón. Un día después, dos personas murieron en Costa de Marfil en manifestaciones contra el elevado coste de las cosas.
El pasado día 6 estallaron dos motines en la ciudad egipcia de Mahala por la crisis del pan, básico en la dieta. 340 personas fueron arrestadas.
Tras una semana de silencio, el presidente René Préval salió el miércoles a la palestra para pedir «calma» y anunciar su intención de subvencionar la producción nacional de arroz, producto básico.