Ibarretxe afirma que cumplirá «la palabra dada» si Zapatero no dialoga
Si José Luis Rodríguez Zapatero, que será reelegido hoy, cierra las puertas a Juan José Ibarretxe para iniciar un diálogo, Juan José Ibarretxe afirmó ayer que cumplirá «la palabra dada», en clara alusión a la consulta. El lehendakari deja en el aire si el mero inicio de conversaciones sería suficiente para cambiar sus planes. Ibarretxe recordó además a Zapatero que en su momento el PSOE se manifestó junto al PNV por el derecho de autodeterminación.
GARA |
El lehendakari, Juan José Ibarretxe, reiteró ayer que en caso de que el reelegido presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, rechace «la mano tendida» para negociar un acuerdo político, él seguirá «adelante» para cumplir con «la palabra dada» a la sociedad vasca, en alusión a la consulta popular. El político de Laudio reveló, además, que la semana pasada le comunicó de nuevo que su agenda se mantiene «abierta».
En un debate entre los tres últimos lehendakaris retransmitido por EiTB en su 25 aniversario, Ibarretxe se mostró convencido de la posibilidad de cerrar un acuerdo con Zapatero. Un pacto que desearía trasladar al Parlamento de Gasteiz en junio, fecha fijada de antemano por el propio lehendakari para decidir qué se hace en octubre. Ibarretxe aseguró que su mano «está tendida», pero se mostró rotundo al señalar que no aceptará un «no al diálogo, un no a avanzar. Es la hora, hay que dar un paso adelante, hay que trasladar que somos capaces de arreglar las cosas, y es a lo que me voy a dedicar en los próximos meses».
Después, a la Cámara de Gasteiz
En palabras de Ibarretxe, una vez iniciado el diálogo, algo a lo que Zapatero probablemente no se negará, será la Cámara de Gasteiz la que decidirá «cuál es el paso subsiguiente».
Acto seguido, Ibarretxe censuró a Zapatero que «ni siquiera se está dispuesto a dialogar con el lehendakari de lo que se ha estado dialogando y hablando con ETA hace unos meses». Y le recordó que en su día el PSOE se manifestó junto al PNV en favor de la autodeterminación.
«Yo sigo diciendo lo mismo, mi agenda está libre y debiéramos aprovechar el tiempo antes de que se hiciera de noche», añadió Juan José Ibarretxe. Aunque se mostró contento por la evolución de la economía vasca, reconoció que el país cuenta con un déficit: «Falta la paz».
El ex lehendakari del Gobierno de Gasteiz José Antonio Ardanza se mostró convencido de que el contencioso de Euskal Herria «no es con España» y enfocó la responsabilidad sobre los propios ciudadanos vascos, que, a su entender, es necesario que se pongan «de acuerdo». Ardanza, que también participó en el debate organizado por la ente pública vasca, aseguró que «el problema vasco no es un problema vasco-españa».
«Los vascos no somos todos nacionalistas, sino que hay porcentajes amplios que no lo son, y mientras no seamos capaces de cohesionar una posición más o menos avalada por una mayoría social, ya no unánime, vamos a tener muy difícil enfrentarnos al problema porque desde España se nos va a decir `oiga, primero dígannos todos qué es lo que quieren hacer'». Así lo explicó un Ardanza que insistió en que el problema radica en los vascos.
El ex lehendakari entiende que ante una posible acumulación de las fuerzas nacionalistas -«que sería fantástico y muy bueno»- debería tenerse en cuenta que «un porcentaje muy alto de la sociedad tendría algo que opinar respecto a la solución que los vascos quisiéramos darle al país y a su futuro».
El también ex lehendakari Carlos Garaikoetxea, por su parte, contradijo a Ardanza en algunos aspectos. El dirigente de EA partió de que el «problema político» de los vascos sí es «con España», pero matizó que «el problema interno y la catástrofe de que no pueda haber una unidad de acción entre el mundo abertzale, etcétera, es una responsabilidad de ETA. España es la que no quiere que haya consultas, ni aún en estas circunstancias en las que el problema interno del nacionalismo es un hándicap muy grande», argumentó.
Garaikoetxea entiende que existe un temor «en España» hacia una consulta popular, porque, a su parecer, «si no, no tendrían tanto miedo a que se pronunciara el pueblo vasco y dijera qué es lo que quiere». A falta de un «consenso total», Garaikoetxea defendió la aplicación de «la mayoría». «A esa mayoría se le tiene miedo en Madrid, y por eso no se quiere que haya consultas», señaló el político navarro.
También se mostró decepcionado de que en un contexto en el que «en todo el mundo se acumulan cosas», los únicos que no sean capaces para conjugar sus afinidades sean los abertzales.
