Como habrá pensado más de uno, ¡quién lo iba a decir! Pese al gran invierno de olas, marejadas, e incluso inundaciones y destrozos por culpa del mar, dos de las pruebas más exitosas de ola grande que se disputan a nivel internacional, no han podido realizarse esta temporada inviernal.

La hawaiana «Quicksilver-Memorial Eddie Aikau» se celebra desde hace años en la venerada y temible ola de la bahía de Waimea, en el templo sagrado del surf, el «North Shore» de la isla de Oahu. Hablando de las tres reinas de las olas del «North Shore», el célebre constructor de tablas (shaper) australiano Maurice Cole dijo: «Cuando comes -como se llama en el mundillo a caerse de la tabla y que su fuerza te dé vueltas sin parar- en Pipeline ves el agua blanca de las burbujas. Cuando comes en Sunset ves el agua gris. Pero cuando comes en Waimea, !amigo! ahí se ve todo negro».

Bueno, pues en ese escenario se realiza la citada prueba, que es la más importante del calendario mundial para los surfistas de ola grande. Son 24 surfistas que compiten por invitación, seleccionados entre los mejores del mundo en ola grande. Entran en 4 series de 6, dos veces en un día y vale la mejor ola de las cogidas por cada surfista en las dos tandas. La mejor es la más grande y mejor surfeada. Hay un periodo de espera que va desde el 29 de noviembre al 29 de febrero, para conseguir que rompan en la bahía olas limpias de... !más de 7 metros! Pues este año no ha podido ser. Pese a producirse una llamada a los invitados, se suspendió por mal viento que estropeaba las condiciones idóneas de la citada ola.

Y todo esto no tendría más importancia, si no fuera porque, precisamente este año, estaba invitado un surfista vasco. Por primera vez en la historia, un surfista europeo y euskaldun, iba a tener el honor de participar en esta prueba: no era otro que el zarauztarra Ibon Amatriain. Cosas de la vida, ahora le tocará esperar un año más.

Ya en Euskal Herria, desde hace un par de años, muy cerquita de Bilbo, en Punta Galea, se celebra el «Punta Galea Big Challenge», la competición más importante de estas características a nivel europeo. Está organizado por la revista 3 Sesenta y la Euskal Herriko Surf Federakuntza (EHSF) y -como esto no es Hawai- se exige un mínimo de 4 metros para realizar el evento. Aquí están invitados los mejores «tamañeros» del Estado español y este año el periodo de espera acababa el 1 de abril. Pues bien, al igual que en Hawai, no ha podido ser. Pese a las marejadas -alguna casi llega a maremoto- el resto de condiciones meteorológicas han hecho imposible la celebración de esta prueba que el año pasado tuvo un éxito de público y repercusión espectacular. Todos recordaréis las imágenes del remolcador del puerto bilbaino en el que iba la prensa y algunos surfistas, librando una de las olas más grandes del día por los pelos. Fue el vídeo estrella de youtube.

Una competición llena de sorpresas

Respecto a la competición profesional, actualmente se está celebrando el «Drug Aware Pro», un WQS 6 estrellas Prime (lo más del WQS), en Margaret River, en Western Australia. Como dijimos ayer, pese a un buen comienzo, nuestro representante Hodei Collazo fue eliminado por centésimas en la quinta ronda por el americano Patrick Gudauskas. Su tercer puesto de cuatro -pasan los dos primeros- le reportan 750 puntos para el ranking, que pese a no estar mal, no llegan a los 900-1000 puntos que suelen contar al final entre los siete mejores resultados para acceder el top 44 al año siguiente.

Peor lo tuvieron las guipuzcoanas Miriam Imaz y Estitxu Estremo, que coincidieron en la segunda manga de la primera ronda frente a dos australianas, Jessica Hickson y Amy Stewart, quedando las dos eliminadas. Miriam estuvo a 60 centésimas de pasar, pero eso es como tirar un balón al palo. No es gol. Otra vez será. Por su parte, la labortana Lee-Ann Curren fue eliminada en la segunda ronda. La hija del mítico Tom Curren también se vio superada por otras dos australianas, Amee Donohue y Sarah Beardmore, en este caso con un margen más amplio.

En la novena manga de la segunda ronda surgió la sorpresa del día. La dominadora de la manga, la australiana Anee Donohoe se retiró y animó a retirarse a sus competidoras del agua, tras avistar un enorme tiburón. «He visto aletas de delfines miles de veces y he surfeado con ellos por todo el mundo por eso sé que el tamaño, la forma de la aleta y la enorme sombra que había debajo eran de un gran tiburón». La ASP decidió suspender la prueba hasta no confirmar la seguridad total de los surfistas. Como medida preventiva, una vez reanudada la competición, se pusieron varios jet-skis patrullando la zona delimitada de competición.

Si todos los competidores notaron una cierta intranquilidad, hubo una surfista que sintió un enorme escalofrío en su espalda. La hawaiana Bethany Hamilton -número 7 del ranking WQS- compite al más alto nivel con sólo un brazo desde hace unos años. Un tiburón se lo arrancó de cuajo mientras remaba hacia su ola habitual de Hawai. Criada en una familia ortodoxa cristiana, entendió como una señal divina este accidente y se dedicó con más fe -nunca mejor dicho- a su misión en el mar.

Y por los resultados, debe de haber algo de razón en su fe, porque está próxima a conseguir su objetivo: entrar en el top 18 mundial. ¡Y con una mano!

Un último apunte sobre Aritz Aranburu. Según nos comentó ayer su entrenador Aitor Francesena, no va a abandonar el CRS (Centre de Recuperation Sportif) de Capbreton esta semana. Seguirá una semana más, pero ya surfeando en las olas landesas y analizando médicamente, tras cada baño, las reacciones de sus ligamentos. Su vuelta a la competición está, por lo tanto, un poco más próxima. Una buena noticia, sin duda, para todos los aficionados.