El PNV sigue con su vagar errante en lo concerniente a la presentación de mociones contra ANV, donde un día dice una cosa y al día siguiente hace otra, casi siempre de la mano del PSE. Si primero Joseba Egibar se manifestó en contra de la censura a la alcaldesa de Arrasate y luego el EBB inició un proceso para expulsarla de la alcaldía; ahora resulta que el pasado lunes la dirección jeltzale aprobó un modelo de moción «de compromiso inequívoco con principios éticos, condena de los atentados de ETA y amenazas de su último comunicado» y anunció oficialmente que tal iniciativa sería «comunicada previamente al resto de formaciones políticas para su conocimiento y gestión», pero finalmente la ha pactado únicamente con el PSE y la registró ayer en el ayuntamiento sin esperar a nadie.

Para hoy está prevista una reunión en el Parlamento de Gasteiz para que los diversos partidos, con la exclusión de representantes de cualquier formación de la izquierda abertzale, debatan y se pronuncien sobre esta iniciativa. Pero, a tenor de las palabras que ayer pronunció el presidente del EBB, Iñigo Urkullu, más que la búsqueda de acuerdos, se trata de un examen a formaciones como EA, EB y Aralar que todavía no han mostrado su adhesión al texto de PNV y PSE, que cuenta con el apoyo crítico del PP, que lo considera insuficiente y aboga por ir ya a intentar cambiar alcaldías.

En un desayuno con algunos medios de comunicación celebrado ayer en Sabin Etxea, al que como es habitual no fue invitado GARA, Iñigo Urkullu consideró -según informó Europa Press- que ahora tendrán que «retratarse» el resto de formaciones políticas, en alusión a EA, EB y Aralar, que no han manifestado su apoyo a esta medida generalizada.

Además, el presidente del EBB achacó a «un calentón» de Egibar el rechazo a la moción de censura planteada inicialmente por el PSE. Urkullu contó que el pasado 31 de marzo el EBB -cuando él se encontraba ausente- no adoptó ninguna decisión sobre la moción de los socialistas en Arrasate, aunque en un encuentro anterior ya habían decidido que no se podía rechazar. Explicó que él estaba en Madrid pactando con el PSOE la constitución de las mesas del Congreso y Senado, y hablaron de esta cuestión «un minuto», sin que fuera objeto de negociación, tan sólo «un comentario», sobre que se decidiría en la reunión del día siguiente entre los partidos.

Según la versión de Iñigo Urkullu, en el encuentro del 1 de abril, celebrado en Donostia, en el que no estuvo el líder de los socialistas guipuzcoanos, Miguel Buen, sino Manuel Huertas, Joseba Egibar tuvo «un calentón» y rechazó la moción de censura, ante el emplazamiento del dirigente del PSE a decir tan sólo «sí o no» a éste.

Desde fuentes cercanas al presidente del GBB se insiste en que el rechazo a la moción de censura fue una decisión colegiada y conocida por la dirección del partido.

EA: «Poco serio»

La moción firmada conjuntamente por PNV y PSE fue registrada en la mañana de ayer en el Ayuntamiento de Arrasate, con la exigencia de la convocatoria de «un pleno extraordinario y urgente» para tratar su contenido. El texto coincide básicamente por el propuesto en principio por el EBB, aunque con leves retoques en uno de sus puntos donde, por ejemplo, a la «oposición al uso de la violencia o su amenaza» se le añade también el término «condena».

El secretario de Organización y portavoz de Ejecutiva del PSE, Rodolfo Ares, confió ayer en lograr hoy «un amplio acuerdo» sobre la materia en la reunión que mantengan en el Parlamento con el resto de partidos.

«Vuelta al Pacto»

El portavoz de ANV en las Juntas Generales de Araba, Aitor Bezares, no quiso pronunciarse ayer expresamente sobre las mociones de censura. Pero enmarcó éstos movimientos y otros del PNV de las últimas fechas como «una vuelta a los tiempos del Pacto de Ajuria Enea».

También el secretario general de LAB, Rafa Díez, se mostró crítico con los «volantazos políticos» que está dando el PNV.