Raimundo Fitero
La actualidad
Existen circunstancias geo-televisivas que le dejan al telespectador en medio de la ola y sin tabla ni tablón. Así, semanas sin pasar de las once y media de la noche con el mando temblando y, de repente, los programas de trasnoche acompañan en el paso a la fase REM y en la llegada al mundo animado de seres humanos muy peinados donde aseguran que se trata de la actualidad, aunque esté embarazada y mande firmes. No hagamos bromas cromáticas, ni juguemos a ser republicanos durante un rato, como si ponerse una pegatina cada primavera fuera algo más que un acto ritual folklórico.
La actualidad es que Silvio Berlusconi va a controlar alguna cadena televisiva más en Italia durante los próximos años, que va bajar la estatura media de las reuniones de los presidentes de la Unión Europea, que va a nombrar gerentes en vez de ministros y que las empresas dedicadas a la dermoestética van a tener un anuncio constante en cada noticiario. Por eso, encontrarse con Berto, el sobrino de Buenafuente, con su sección «Bertovisión», nos hace sentirnos parte de la mayoría silente que confía todavía en el reglamento del parchís. Y dentro de sus muchos méritos para convertirse en nuestro guía en las madrugadas nos llena de satisfacción su inteligente repudio público de la actualidad como eje fundamental de la comunicación.
«¿Qué es la actualidad?» se preguntaba de manera suspicaz. Y declaraba solemnemente que en su sección abandonarían la actualidad como inspiración. Y que si se disfrazaba de flamenco cuando ya había acabado la Feria de Sevilla, era, simplemente, porque le habían mandado un regalo y se le había olvidado desde hacía dos semanas. Es una postura rebelde. Abandonar la dictadura de lo que se empeñan en llamar actualidad y no es otra cosa que una especie de pasar páginas de un calendario lleno de imágenes repetidas que nos van situando ante unos hechos reales o virtuales que se intentan vender como importantes, cuando no son otra cosa que docudramas, piezas de política ficción, o en el mejor de los casos narraciones audiovisuales que sustituyen a los cuentos a la luz de la hoguera. La actualidad, ¿qué actualidad?