Iñaki Badiola presentó el 1 de marzo una propuesta al alcalde donostiarra Odón Elorza para convertir Anoeta en una zona residencial y hacer un nuevo campo en el hipódromo de Zubieta, según informaba ayer Noticias de Gipuzkoa. También propuso la alternativa de recuperar la idea de Gipuzkoarena y construir dos hoteles en sendas torres junto al campo de fútbol.

El mismo medio añadía que en aquella reunión el alcalde pidió a Badiola que presentara «ante el registro del Ayuntamiento su propuesta por escrito y, a poder ser, acompañada de documentación, con el fin de que pueda ser analizada de modo oficial por la Corporación, según explicó a los consejeros de Anoeta Kiroldegia. Mes y medio después, aún no lo ha hecho».

Las propuestas de Badiola no son nada novedosas, ya que son similares a las planteadas en su día por Astiazaran con el proyecto Gipuzkoarena que quedó aparcado y por Santos, que basó en la compra de Anoeta y en operaciones inmobiliarias las vías de financiación para el club si resultaba elegido presidente.

Lo curioso es proponer ingresar dinero a la Real con la especulación de terrenos que no le pertenecen, ya que, tanto los de Anoeta como los del hipódromo, son municipales. Porque otros clubes -Real Madrid, Espanyol, Valencia, etc.- han pedido la recalificación de terrenos de los campos de fútbol o de entrenamiento que les pertenecían y construyeron unos nuevos. Por ejemplo, la Real podía y debía lograr la recalificación de terrenos de Zubieta para generar ingresos para cuadrar este ejercicio, aunque eso no parece ser importante en las negociaciones con el Ayuntamiento.

¿Y los ingresos de China?

Badiola fue elegido porque ofrecía otras alternativas. La gente lo votó porque entendía que iba a aportar dinero de su bolsillo y que iba a generar grandes ingresos desde China. En su última entrevista en la web del club, repetía su idea de acceder «a fuentes alternativas de ingresos procedentes primordialmente de China», donde insiste en que abrirá dos tiendas. Un presidente que prevé ingresar 16,5 millones de euros sólo por venta de camisetas en dos aeropuertos no necesita recurrir a especular con bienes ajenos. Y cuando propone eso aumentan las dudas sobre Lighthouse. Y por eso los consejeros que acompañan a Badiola, además de firmar cartas de despido como hicieron Antúnez y Bueno con unos argumentos que les obligarán a pasar un mal trago en Magistratura, deberían presentar a la sociedad la información de esa empresa y demostrar que los accionistas no han sido engañados en el proceso electoral.

En la misma entrevista, Badiola dejaba claro que no era mentira la información publicada en GARA sobre los dos millones llegados desde EEUU: «Se realizó una inyección de dinero a la Real la segunda quincena de enero para cubrir todas las necesidades que fueran necesarias en aquel momento, independientemente de si son nóminas ó incorporaciones. ¿Hay alguien que haya puesto anteriormente dinero? No entiendo nada, en vez de criticar a alguien que ha puesto dinero, que lo hubieran puesto otros».

El Consejo debe informar

Nadie le critica por poner dinero, lo que ha hecho GARA es informar de que la cantidad que entra no es la que dijo y que con ella no se pagan las fichas de enero ni se cubren todos los de sus fichajes, menos las casas, como aseguró. Sería digno de elogio que ponga dos millones. Por eso debe aclarar cómo llega ese dinero y en qué condiciones. Que confirme documentalmente que lo pone él y que no lo quiere recuperar o, en este caso, en qué condiciones. Porque si no lo hace, se puede especular con que el dinero lo ponen otras personas y es un préstamo que puede tener la garantía de Zubieta.

Y eso es fácil de desmentir, como todos los comentarios que apuntan a que Lighthouse no tiene la más mínima fortaleza económica ni la exclusividad de las tiendas de los aeropuertos chinos. Todas esas dudas se pueden eliminar con una información que puede aportar Badiola y que sigue sin ofrecer el Consejo. Porque si no se da, la gente dejará de tener dudas.