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DOS SEMANAS DE JUANMA LILLO EN EL BANQUILLO DE LA REAL

«El entrenador es el mayordomo de los jugadores, debe ayudarles»

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Joseba ITURRIA | DONOSTIA

Cuando se charla un rato con Juanma Lillo enseguida uno comprueba que la imagen que se trasmite de él no se corresponde con la realidad. En sus dos semanas en la Real y en esta entrevista demuestra que no ha venido a impartir tesis doctorales en el vestuario, sino a ayudar a subir a sus jugadores.

¿Cuál es el balance de las dos semanas en el banquillo realista?

Muy positivo por lo más importante que tiene un club, sus jugadores, con mucho orgullo de dirigirlos. Son tipos con un grado de compromiso inusual en lo social y en lo deportivo. No es habitual encontrar un grupo tan concienciado y tan responsable en el objetivo final, que es el ascenso, pero trabajándoselo cada día. No son palabras, son hechos. Lo que importa es lo de dentro, que está sano y limpio, y es bueno, con una relación entre ellos fabulosa, gente que se hace fácil la vida unos a otros. Yo estoy encantado de estar aquí.

Todos los entrenadores dicen lo mismo. ¿Se puede pensar que es una forma de ganar apoyo?

No tengo necesidad de ganarme el apoyo de los jugadores. Me cuesta decirlo para fuera, pero como lo siento así y lo digo dentro, ¿por qué no ser justo con ellos para que la gente sepa quiénes son los que se visten la camiseta de la Real Sociedad?

Al margen de lo personal, ¿qué le ha llamado la atención en lo futbolístico del conocimiento in situ del equipo?

No estoy en condiciones de hacer una diagnosis a través de certezas. De momento, lo que más se puede destacar es su actitud para afrontar los retos. Los dos partidos han empezado perdiendo y en uno lograron el objetivo final y en el otro casi. Cada vez que les lanzas pequeños detalles de información intentan desarrollarla al instante. Por eso debo tener mucho cuidado. Debo entrenarles, pero no ejercer de entrenador. No se trata de demostrar lo que uno sabe o de que se parezcan a mí, sino que se parezcan más a sí mismos, es lo único que interesa a la Real.

¿Cómo ha sentido que ha sido su recibimiento en el club, dentro del vestuario y en la ciudad?

En el club y en el vestuario muy bien. En la ciudad bien, aunque soy de los que no salgo ni a tirar la basura. Voy del hotel a Zubieta y de Zubieta al hotel. Alguna vez he ido a ver a mi familia a Tolosa y a la de mi mujer, pero una sola. Lo demás, todo es ver videos y meter horas en Zubieta. No tengo contacto externo, pero el que tengo es bueno.

¿Se llega a sentir extraño al volver a casa y cumplir un sueño?

Las reminiscencias mentales cuando estás de vuelta hacen que parezca que nunca te has ido. Cuando te encuentras al equipo en Segunda con estas circunstancias tan inminentes casi ni te das cuenta. Te das cuenta en el pálpito, que te recuerda los días que has ido a Atotxa y a Zubieta, que has crecido con eso que es parte fundamental del gusto de uno y de las sensaciones que te produce el fútbol. Siempre somos el niño que fuimos, pero las circunstancias no dan para mirar dónde estás, sino para sacar la situación lo antes posible.

¿Qué valoración realiza de los resultados y de que el punto conseguido en Vigo no se haya valorado mejor?

Como el equipo no pasó por apuros y por fases, como en el comienzo de la segunda mitad, teníamos el control, parece que con un poco más igual habríamos ganado. Los que viven situaciones emocionales dentro del campo son los jugadores, lo viven distinto. Pero en el último tramo pudimos hacer dos goles e igual se vestiría todo muy bien y se diría que los cambios fueron fenomenales, porque el resultado cambia la visión de todo. Las crónicas se hacen después de, nunca antes, y siempre sabiendo el resultado. Lo que va a hacer bueno ese punto es lo que pase el domingo, que vuelves a jugar contra un montón de ex primeras. Porque miras las plantillas de Celta y Nastic y...

Cuando tiene tanta importancia el resultado inmediato, ¿debe un técnico renunciar a sus ideas?

No quiero decir que lo que hagamos sea sin estilo ni idea, pero, si intento marcar mi estilo y mis ideas y me centro en lo que los jugadores deberían hacer más que en lo que hacen, me equivocaría. Me cuesta morderme la lengua como entrenador, pero mi contribución es para ascender, no para que dé cursos a los jugadores ni para crear modelos maravillosos que no acaben en nada. Estamos para lo que estamos y creemos que debemos centrarnos en ello. Eso no quiere decir que no incorporemos cosas para facilitar las capacidades que tienen. Pero yo debo adaptarme a sus capacidades, en vez de adaptarse ellos a la idea que pueda tener yo. Eso se haría en su momento y respetando el espacio y el tiempo. No puedo distorsionar a los jugadores y darles un exceso de información porque son muy disciplinados y, si les parece algo coherente, son capaces de intentar meter un elefante por el ojo de una aguja y no se trata de eso. Aquí si viene un entrenador con un ego superlativo dejará su impronta, pero casi seguro que te quedas en Segunda. Por eso, menos de impronta. Si ganamos va a ser jugando, pero yo no juego, sino que trato de mejorar lo que hay. Y eso no pasa porque los demás se supediten a mí. El entrenador es el mayordomo de los jugadores y debe intentar ayudarles a ellos. No al revés.

Así, en el primer partido apostó por jugadores con más calidad y en el segundo por otros con más carácter.

No. Entendí que para Vigo era mejor eso evaluando el partido anterior y la capacidad. Nada más. Estoy encantado con los que no jugaron el sábado y lo hicieron ante el Hércules. Nacho y Víctor son dos chavales sensacionales, pero para cada guerra necesitas guerreros diferentes.

Se incide en la figura del medio centro con Martí y Garitano... ¿Variará jugar fuera o en casa?

Los tres puntos de fuera te dan lo mismo que en casa. Igual un punto en Anoeta es fenómeno y fuera sólo valen tres. La idea es jugar igual en casa y fuera, aunque luego pasan cosas que te hacen ir en una dirección u otra. Garitano y cualquiera puede jugar igual en casa y fuera si pensamos que es lo idóneo para ganar.

¿Qué busca con el cambio del sistema por un 4-1-4-1?

Para mí el primer día jugamos con un 4-3-3 con Xabi Prieto, Víctor y Nacho arriba y en el segundo no me parece que Iñigo y Xabi sean centrocampistas. Siempre me han acusado de jugar para arriba. Debemos llevar el balón arriba y entiendo que de esa forma se pueden multiplicar las posibilidades del equipo porque permite llegar bien. No se trata de llegar mucho, sino de llegar bien. Y si llegas mucho y bien ya es la hostia. Me hacen gracia las estadísticas de balones al área. Meterlo es fácil, el tema es en qué condiciones entra. Los que suelen facilitar eso son los de la mitad, como los de la mitad necesitan que los de atrás la saquen bien...

Dijo que prefería que ganara el Málaga al Sporting, ¿eso implica que ya no piensa alcanzarle?

Tras los resultados del sábado pensaba que era el mejor resultado y la prueba es que ya estamos a falta de nueve partidos con los mismos puntos que el Sporting. Mirar ahora al Málaga es una gilipollez. Pero si ganamos este domingo y pierden ellos, el siguiente tenemos que ir a su casa y ya hablaremos entonces. Ahora veremos quién saca más puntos, el Sporting o nosotros. Y cuidado con el Elche, porque igual te la juegas al final contra uno de los que ahora crees que no va a estar. Y mientras nos la juguemos estará bien. Porque 27 puntos son muchos.

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