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Urkullu: «Para el mundo de ETA, el Estado es un aliado al que se adapta»

El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, se mostró ayer notablemente preocupado por los resultados de las próximas elecciones autonómicas. Al respecto, en una charla en Iruñea no sólo vaticinó que la izquierda abertzale estará presente en las urnas, sino que aseguró que para este sector «el enemigo no es el Estado, sino el PNV. El Estado es un aliado al que han adaptado, y también a la Ley de Parti- dos, que es un elemento para jugar a capricho».

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Ramón SOLA |

El lema de la conferencia organizada por el Colegio Mayor Larraona de Iruñea era «Terrorismo y democracia», pero la inter- vención de Iñigo Urkullu estuvo marcada por otro horizonte: las elecciones autonómicas previstas en principio para dentro de un año. Tras los resultados de los últimos comicios del 9-M, el presidente del PNV advierte una situación diferente por lo que denomina como «juego a corto plazo» del PSOE. Y fue en este contexto en el que acusó al partido de José Luis Rodríguez Zapatero y a la izquierda abertzale de maniobrar contra el PNV.

Su visión es mucho más descarnada respecto a lo que anoche llamó «la izquierda radical o izquierda abertzale». Al PSOE le reprochó Urkullu que se niegue a hablar con el lehendakari de lo que dialogó con ETA. Pero respecto a los independentistas elevó el tono y afirmó tener claro que «su enemigo no es el Estado, es el PNV».

«Para el mundo de ETA, el enemigo no es el Estado. Ése es un aliado al que se han adaptado, y del que son capaces de obtener rendimientos», indicó. Y fue más lejos. Para el presidente jeltzale, pese a acontecimientos como la ilegalización sucesiva de organizaciones y las decenas de encarcelamientos de sus representantes, la izquierda abertzale «se ha adaptado a la Ley de Partidos, y ésta es un elemento para jugar a capricho».

Así las cosas, y tras cuestionar que en las elecciones municipales de hace un año se vetaran unas listas de ANV y no otras cuando «es el mismo partido», Urkullu consideró que «es muy probable que puedan estar en las próximas elecciones al Parlamento Vasco, porque puede haber intereses políticos confluyentes para que así sea». Trazó incluso la hoja de ruta para ello: profetizó que la izquierda abertzale «hará lo que ahora no hizo para presentarse» y que el Estado no pondrá tantos requisitos éticos como ahora.

«Asfixiar al PNV»

De nuevo mirando a esa cita con las urnas que parece contemplar como decisiva, Urkullu consideró que el PSOE tiene un objetivo claro de «asfixiar al PNV», más aún tras el aumento de voto conseguido en Euskal Herria el 9 de mayo.

El mandatario jeltzale valora que el escrutinio ha hecho que el partido de Zapatero modifique su estrategia y esté primando la opción de rechazar el pacto ofertado insistentemente por el PNV. «El acuerdo con el lehendakari era mucho más factible antes del 9-M -resumió-. Los socialistas vascos casi han convencido a Zapatero de que la estrategia es a corto plazo; asfixiar al PNV. Están convencidos de que van a ganar». Situó en esa misma clave, por ejemplo, la decisión de sumar sus votos a los de UPN para arrebatar a Nafarroa Bai la Alcaldía de Barañain.

Para llevar a cabo este supuesto giro estratégico, Urkullu cree que el PSOE «confía en el talante de Zapatero para decir `no' con una sonrisa permanente». Sin embargo, entiende que ese partido «se equivocará si se niega a dialogar, porque eso no lo va a entender nadie».

Hubo que esperar al turno de preguntas del público para que el máximo mandatario jeltzale abordara de modo directo el tema de la consulta comprometida por Ibarretxe. Se quejó primero de que la cuestión se haya «caricaturizado» y que todo el interés esté puesto en los últimos pasos de la hoja de ruta obviando que «hay tiempo para el acuerdo, y queremos agotarlo». Se le recordó entonces que la votación tiene fecha puesta: 25 de octubre. Y Urkullu matizó que el propio Ibarretxe ya dijo, apenas «un mes después» de presentar su iniciativa en el Parlamento de Gasteiz, que «hay capacidad de flexibilizar esa propuesta».

Al margen de esta cuestión, Urkullu reivindicó el derecho a decidir, que pidió no equiparar «necesariamente» con la independencia. Destacó que es el mismo que permitió, por ejemplo, la reunificación de Alemania. Y que es también lo que el PSOE reivindicaba allá por el año 1977, «cuando el PSE y el PSN eran lo mismo, y cuando también había violencia».

«El primer partido contra ETA»

La conferencia se enmarcaba en un ciclo en el que ya han hablado Patxi López (PSE) y María San Gil (PP) y que será cerrado por Uxue Barkos (Nafarroa Bai). Dio algunas curiosidades más. Por ejemplo, el presentador del acto le introdujo afirmando que para Urkullu era un día difícil porque «el GBB se le ha echado encima», citó a Joseba Egibar como «gran problema» y concluyó que «mucho hilo le hará falta para coser la aparente división interna». «Sólo aparente», matizó Urkullu. Pero llamó la atención que no respondiera con más contundencia a afirmaciones tan críticas.

Resaltó también que Urkullu no lograra congregar siquiera a la mitad de público que se acercó la víspera a escuchar a María San Gil. Ello tenía que ver sin duda también con la composición del aforo, en el que predominan los estudiantes de la Universidad del Opus; se notó en las preguntas, casi todas muy escoradas hacia las posiciones del PP. Así, se reclamó con insistencia a Urkullu que justificara que el PNV está en favor de «la derrota de ETA».

El líder del EBB se extendió en pruebas de ello: recordó que «fuimos el primer partido que se manifestó contra ETA, en 1978»; resaltó que en 1997 fue el PNV quien impulsó acuerdos municipales como los actuales para desalojar a la izquierda abertzale de las alcaldías; resaltó los homenajes a víctimas de ETA y las peticiones de perdón de Ibarretxe; reveló que «yo he estado personalmente en el zulo y en el domicilio de Ortega Lara en Burgos»... Negó además que PP y PSOE puedan arrogarse en exclusiva la condición de partidos víctimas de la organización armada porque «también ha habido muertos que tenían carnet del PNV, aunque no es cosa de ponerse medallas».

Anunció, junto a todo ello, que el PNV presentará en mayo el denominado «contrato Euskadi 2020», con el que preten-de actualizar su oferta política, según dijo. Las elecciones de 2009 flotaban, una vez más, en el horizonte.

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