Los jóvenes y adolescentes de entre 14 y 25 años, especialmente los chicos, consideran que la agresión física ocasional es una opción para resolver conflictos tanto en la educación de los hijos como en el seno de la pareja y entre los amigos.

Así lo pone de manifiesto un estudio elaborado entre 900 jóvenes y adolescentes de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa por dos profesores de la Universidad del País Vasco, Juana Mari Maganto y Juan Etxeberria, y que fue difundido ayer mediante una nota de prensa.

Aunque los jóvenes perciben la agresión ocasional como un método de disciplina, creen que los conflictos no son «una realidad sana» y se sienten capaces de controlar la agresividad en la resolución de los mismos.

A pesar de ello, no tienen capacidad para expresar adecuadamente lo que piensan y ocultan sus sentimientos. Ello está vinculado con la poca seguridad que tienen en sí mismos y la mala valoración de su persona, aspecto este último que en las chicas está muy relacionado con su apariencia física.

«Labores femeninas»

El estudio, que cuenta con el patrocinio de Emakunde, establece que los jóvenes son en teoría partidarios de la corresponsabilidad familiar y asumen que el modo de vida actual impone la necesidad de dos fuentes de ingresos. No obstante, el informe revela que estas afirmaciones son «políticamente correctas» pero no están realmente interiorizadas.

Así, las chicas creen que deben abandonar su puesto de trabajo cuando tienen un bebé y que son ellas quienes deben ocuparse de los niños mientras son pequeños. También se considera que cuidar familiares enfermos es una labor femenina.

Por tanto, las cargas familiares se demuestran determinantes para las mujeres -nunca para los hombres- en la toma de decisiones sobre trabajo.

Prueba de ello es el hecho de que las mujeres jóvenes piensen que para conciliar familia y trabajo la mejor opción es trabajar a tiempo parcial, mientras que los hombres apuestan por la implantación de guarderías o por contar con un familiar cercano que ayude a cuidar a los hijos.

Para diseñar un programa

En ocasiones, señala el estudio, las mujeres crean una «esfera femenina de control» en todo lo relativo al colegio y la salud de sus hijos y se resisten a la cooperación o a la delegación en estos temas.

A pesar de ello, ellas son formalmente más progresistas que los chicos, ya que ven necesario erradicar las desigualdades todavía existentes entre géneros y la idea de que el matrimonio y los hijos deben interferir más en la vida de la mujer que en la del hombre.

Ambos géneros coinciden en la ausencia de un sentido religioso o espiritual en su vida cotidiana y también en las dificultades a la hora de remontar un fracaso o de liderar un grupo de trabajo.

El objetivo de este estudio de la UPV-EHU, elaborado el año pasado, consiste en diseñar un programa educativo que fomente la corresponsabilidad y la conciliación laboral y familiar.