Los desplazamientos internos por conflictos armados superaron los 26 millones en 2007
GARA |
El número de personas que tuvieron que abandonar sus hogares en su país superó, en 2007, los 26 millones en 2007, según un informe difundido ayer por el Centro de Control de Desplazamientos Internos (IDMC), organismo dependiente del Consejo Noruego de Refugiados (NRC). En 2006, los desplazados internos eran 24,5 millones, lo que supone un aumento del 6%.
La cifra de desplazados por la violencia y conflictos armados de 2007 es la más alta desde principios de la década de los 90, señaló el IDMC, que ayer presentó su informe bajo los auspicios del Alto Comisariado de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
Los países con mayor número de refugiados internos volvieron a ser Sudán, con 5,8 millones, y Colombia, con 4 millones. En ambos, la cifra aumentó en 2007 con respecto a 2006.
Tras ellos se sitúa Irak, donde el número de desplazados internos creció de forma vertiginosa, y a finales de 2007 ya eran 2,5 millones de personas, un millón más que el año anterior.
También se produjeron grandes incrementos en la República Democrática del Congo, donde se alcanzaron los 1,4 millones, y en Somalia, con un millón.
Estos cinco países albergan más de la mitad de desplazados de todos el mundo.
Aunque África es el continente con mayor número de desplazados, con 12,7 millones de personas, la región del mundo con un mayor aumento relativo de población desplazada durante 2007 fue Oriente Medio, donde cerca del 30% de los nuevos desplazados lo fueron por el deterioro de la situación en Irak.
En el caso concreto de Colombia, los cálculos del Gobierno de Álvaro Uribe se refieren a 2,38 millones en enero de 2008, frente a los cuatro del IDMC, aunque el propio Ejecutivo «reconoce que hay un 30% de subregistro», indicó Arild Birkenes, autor del capítulo referente a América Latina. En este país, en los últimos 20 años -salvo en 2007, que se superó- se ha producido una media de 200.000 desplazamientos por año, la mayoría de ellos provocados por los paramilitares, «con estrechos vínculos con el Ejército», y muchas veces subordinados a intereses económicos de compañías privadas.
En total, según el informe, existen desplazados en 52 países, y son especialmente las mujeres y los niños quienes «sufren con demasiada frecuencia los más graves abusos de sus derechos humanos». Los desplazados deben hacer frente a nuevos ataques armados como los que les hicieron abandonar sus lugares de residencia, así como al hambre, las enfermedades o la falta de un refugio apropiado.
El alto comisionado de la ONU para los refugiados, Antonio Guterres, subrayó que «la falta de ayuda de ciertos estados a proporcionar protección y ayuda adecuada a sus propias poblaciones desarraigadas» es la culpable de esta situación.
Añadió que la actual desaceleración económica global y la subida de los precios de los alimentos tendrán un impacto dramático en los desplazados internos que son «los pobres entre los pobres» y que, junto con los refugiados, son las poblaciones más vulnerables.