Una vez conocido el relevo natural de Corrales por el sancionado Monreal, la única incógnita que va a quedar por desvelar de cara al choque del domingo es quién ocupará la punta de lanza del ataque rojillo. El entrenamiento de ayer desveló que Sola y Dady se juegan esa plaza, ya que José Ángel Ziganda los utilizó de manera alternativa en cada una de las partes del obligado partidillo.

El canterano, que ayer sufrió un fuerte golpe en la espalda durante la sesión, lleva algo más de un mes sin ver puerta, en concreto desde que consiguiera el 1-0 a los seis minutos del Osasuna-Almería. Sin embargo, aporta un trabajo sin descanso para obstaculizar la salida de balón del rival, que no tiene precio y que agradecen sus compañeros de la medular.

Tampoco el caboverdiano ha brillado precisamente por su faceta goleadora en los últimos tiempos. Su sequía se prolonga durante toda la segunda vuelta -la última diana data del derbi ante el Athletic- y dejó de ser titular desde la jornada 24, en la que jugó por última vez como tal ante el Levante.

Con semejante bagaje, a nadie extraña que el mayor quebradero de cabeza del técnico rojillo a estas alturas de temporada sea contrarrestar la escasa eficiencia de los suyos cuando se plantan ante la meta rival. Sólo tres goles en los últimos cinco encuentros, anotados por un defensa y dos pivotes, todos ellos en jugadas de estrategia.

El de Larraintzar quiere acertar en su elección de cara al importantísimo envite contra los gallegos con el atacante que considere pueda tener mayores opciones de acabar con esta mala racha. Dady y Sola tienen todavía dos sesiones para demostrarle que son el jugador idóneo.

Simulacro

Aparte de la duda en la delantera, está claro el resto del once, el cual tuvo que pelear ayer ante un bloque de suplentes que se desplegó simulando un esquema parecido al que tan buenos resultados le ha dado a Lotina durante la segunda vuelta, en este caso con un Javi García incrustado entre los dos centrales -Igotz y Josetxo-, además de dos laterales -Javi Flaño e Izquierdo- con bastante proyección ofensiva.

Mientras el apartado ofensivo mantiene en vilo al de Larraintzar, todo lo contrario sucede con la parte de atrás, donde César Azpilikueta es uno de los fijos desde que se hiciera con la titularidad en la décima jornada. El propio jugador no se esperaba dicha continuidad porque «estoy disfrutando de muchos minutos, eso es muy difícil en un jugador tan joven y además en Primera».

El de Zizur Nagusia admitió que cuenta con el apoyo de los compañeros, sobre todo el de Krutxaga en el campo, ya que «siempre está pendiente de mí y me corrige muchas cosas».