El primer juvenil de la Real se aseguró el sábado el título de su grupo de la División de Honor a pesar de enfrentarse a equipos con una media de edad más alta. Eso y la gran calidad de un equipo ofensivo avala el trabajo realizado en Zubieta por personas cuyo futuro en el club pende de un hilo y la vigencia de lo que ha permitido a la Real ser grande pese a su pequeña economía.

El juvenil aventaja a falta de la última jornada en cuatro puntos a Osasuna y Valladolid y otros clubes de la LFP como Athletic, Alavés o Numancia quedan muy lejos. La Real no ganaba su grupo desde que lo hizo en tres ediciones consecutivas desde 1997 hasta 1999 con las buenas generaciones del 79 y del 80, de la que salieron jugadores como Gabilondo, Llorente, Alejandro, Sergio Francisco, Labaka, Gari, Blázquez y Ugarte. Aranburu y Barkero, también de esa maravillosa remesa del 79, ya subieron al Sanse en su segundo año juvenil. El equipo actual se parece a aquel del 79 con una velocidad y espectacularidad en el juego que provocaba que desde infantiles diera gusto verle jugar. En el 98 y 99 ganaron el título estatal en las fases finales de Donostia y Alicante y eso querrán repetir del 4 al 11 de mayo en la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón con los otros seis campeones de grupo: Deportivo, Espanyol, Sevilla, Rayo, Las Palmas y Villarreal.

El entrenador del equipo es Alberto Iturralde, que la pasada temporada llegó a la Real como ayudante de Eizmendi tras seis años en el Real Unión como entrenador del juvenil, segundo de Mandiola en el año que casi sube a Segunda y técnico que llevó al filial a Tercera, aunque el mérito hay que repartirlo con todos los que han captado y trabajado con estos jóvenes desde que llegaron a la Real, muchos en infantiles.

Iturralde hacía «una valoración altamente positiva porque hace nueve años que la Real no queda campeona de grupo. A inicio de temporada había unas expectativas importantes y cumplirlas nos llena de satisfacción porque jugamos contra equipos con más jugadores de último año. Hasta el Athletic tenía más de lo que acostumbraba».

Un equipo ofensivo

Además destacaba que «hay jugadores de proyección, pero el mérito es haber compensado a la calidad en ataque con un equilibrio en el juego. El equipo siempre ha salido a jugar bien y a ganar como corresponde a uno de formación y buena prueba son los 86 goles en 29 partidos. Y cuando no ha ganado ha merecido más. Porque ha metido muchos goles, pero ha generado muchísimas ocasiones y con mucha posesión. El objetivo no era ganar por ganar, sino buscar la formación y la progresión».

Le gustaría ganar la fase final, pero más ver a sus chavales dentro de unos años en el primer equipo: «Queda un filtro que es el Sanse antes de la criba del primer equipo, pero sí hay gente que apunta maneras y debe seguir trabajando y progresando porque el salto de aquí al Sanse es importante y del Sanse al primer equipo más todavía».