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Tasio Erkizia militante de la izquierda abertzale

Las verdaderas razones de las mociones de censura

El mismo día en el que en Arrasate el grupo municipal de ANV y su alcaldesa se enfrentarán a una moción en su contra, promovida por el PSOE y por el PNV, Erkizia destapa las razones que se esconden bajo «el celofán de la 'ética' y de 'moralidad'». Razones que se enmarcan en una estrategia diseñada para «golpear y criminalizar a la izquierda abertzale».

Se aducen públicamente razones de «ética» mientras se ocultan los verdaderos objetivos políticos que se persiguen con estas maniobras. Se utilizan argumentos falsos pero se callan las que en el fondo están detrás de toda esta operación de acoso y derribo contra la izquierda abertzale.

Los políticos de turno se han autodefenido como ejemplo de coherencia, honestidad y dignidad, de modo que claman por expulsar de los ayuntamientos a todos los «indignos» que no condenen sistemáticamente una de las expresiones de violencia. Pero es necesario preguntarse: ¿las razones de fondo de las mociones de censura son que los concejales de ANV no condenan los atentados de ETA u obedecen a una estrategia del Estado para criminalizar el independentismo? Una vez más determinados políticos pretenden, con el celofán de la «ética» y de «moralidad», defender puros intereses partidistas que además en muchos casos son inconfesables.

Antes de nada, creo lícito subrayar que la mayoría de los políticos que aparecen en las radios y las televisiones dando lecciones de «ética» y «moralidad» a nuestros militantes no tienen la categoría humana ni la integridad y honestidad de Ino Galparsoro y otros muchos alcaldes y concejales de la izquierda abertzale. Políticos que se enriquecen por ocupar puestos públicos, que actúan en constante comadreo con las constructoras, que cobran diez o doce veces más que el salario mínimo que ellos mismos asignan a miles de trabajadoras y trabajadores... no tienen autoridad moral para criminalizar a cientos de electos independentistas.

Son falsas las razones que aducen porque, en primer lugar, si de «ética» se tratara, nunca suplantarían la voluntad de la ciudadanía expresada en las urnas. ¿De qué ética está hablando el representante del PSOE que ahora suma sus votos a los del PP o los del PNV y solamente hace unas semanas, en campaña electoral, les decía a sus votantes que no se fiara de esos partidos? ¿Quién es él para interpretar la voluntad de la ciudadanía en un sentido tan diferente al que han expresado en las urnas? Si están tan seguros, ¿por qué no preguntan al pueblo si están de acuerdo en quitar las alcaldías a las listas más votadas?

Por otra parte, todas y todos los que se escandalizan tanto de la alcaldesa y concejales de ANV hasta considerar que son «indignos» para ocupar esa representación popular, ¿me pueden decir qué actitud han mantenido ante las múltiples ilegalizaciones de partidos, el cierre de periódicos y el encarcelamientos de líderes políticos impulsados no solamente por los aparatos del Estado español, sino por las direcciones de sus propios partidos directa e indirectamente? ¿Y ante las muertes de familiares de presos por la política criminal de la dispersión? ¿Y qué me dicen de las salvajes torturas a militantes vascos, aplaudidas y defendidas por ministros y altos representantes del PSOE, e incluso por muchos de vosotros? ¿O es que la conculcación de los derechos humanos de los amparados por el sistema son de primera mientras que los del resto de la población reciben vuestro desprecio y olvido?

La línea divisoria de la responsabilidad ante hechos violentos ustedes la colocan entre los que condenan el atentado y los que no lo condenan. ¿No sería más razonable que la colocáramos en el esfuerzo y la aportación por lograr un escenario político en el que todas la ideas -incluidas las independentistas- puedan ser defendidas y todos los proyectos políticos realizables en igualdad de condiciones? Indigno de representar al pueblo son todos los que mantienen de manera constante estrategias de guerra y confrontación en lugar de impulsar dinámicas de diálogo y acuerdos entre diferentes. Y dentro de los parámetros de ese trabajo por obtener la paz, ¿no creen que la izquierda abertzale obtendría muy buena nota?

Las razones por las que se ha creado todo este revuelo y la presentación de una moción de censura en Arrasate -a la que posiblemente seguirán otras en más pueblos-, no son ni éticas ni morales. Son, sobre todo, razones de estrategia e interés político partidista. Y, precisamente, ocultar las verdaderas razones por las que se pretende arrebatar las alcaldías y utilizar la supuesta «ética» y «dignidad» para justificarse ante la opinión pública constituye en sí misma una grave deshonestidad y falta de lealtad para con toda la ciudadanía.

Ante todo, las mociones de censura son parte fundamental de la estrategia diseñada por el PP-PSOE y los aparatos del Estado para golpear y criminalizar a la izquierda abertzale. Esa misma estrategia también ha sido utilizada en otros momentos -durante el Pacto de Ajuria-Enea o en 2002 tras la ruptura de Lizarra-Garazi, por ejemplo- y siempre ha tenido como objetivo intentar aislarnos de la población y debilitarnos.

Además es una operación que persigue la progresiva «españolización» de la sociedad en Euskal Herria. El PSOE, en los últimos años del franquismo defendía la teoría de las «dos comunidades» para evitar cohesionar la sociedad como comunidad vasca. Y en la actualidad sigue con el mismo objetivo de impedir la recuperación de los signos de identidad que tenemos como pueblo: declarando la guerra abierta contra la izada de la ikurriña en los edificios públicos e imponiendo la española contra el sentir mayoritario de la población; azuzando en el campo educativo a los profesores, madres y padres para que torpedeen el proceso natural de euskaldunización del sistema educativo; dando por válido el retroceso del euskara, consecuencia de la represión franquista, y considerando como «imposición» los proyectos para la recuperación de nuestro idioma; o tratando de impedir la presencia del independentismo en las instituciones. Y claro, para imponer la españolización resulta imprescindible excluir a la izquierda abertzale de las alcaldías y otros núcleos de poder local.

En tercer lugar, detrás de esas mociones de censura está la actitud servil del PNV para agradar al PSOE con el objetivo obsesivo de buscar un pacto que le devuelva cierta centralidad en la política del tercio autonómico. Y, de paso, recuperar parte de las alcaldías que perdieron en las elecciones.

¿Cuál es el papel que van a desempeñar EA, Aralar o IU en toda esta maniobra política ? Aralar ha realizado un guiño de desmarque que le honra a pesar de las vergonzosas declaraciones de algunos de sus líderes. EA, en lógica con su mensaje público, no debería apoyar en ningún caso una estrategia que favorece claramente al «españolismo» más rancio. ¿Y cómo justifica IU el desbancar a la izquierda más coherente con el apoyo del PP y la derecha más recalcitrante? Apoyar esas mociones de censura solamente sería entendible como el peaje que tienen que pagar para mantenerse a bien con el sistema y especialmente con las grandes constructoras.

Para terminar, decir que nos sobra legitimidad y apoyo popular para salir a la calle a defender con convencimiento la voluntad popular expresada en unas votaciones que si para alguno han sido irregulares ha sido para la izquierda abertzale, que fue injustamente ilegalizada en muchos pueblos. Ante la estrategia de ahogar nuestra voz, todos los pueblos de Euskal Herria son el altavoz de nuestro proyecto político.

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