DESFALCO EN EL MUSEO GUGGENHEIM
Miren Azkarate elude asumir cualquier responsabilidad política
La consejera de Cultura rechazó ayer, durante su comparecencia en el Parlamento de Gasteiz, cualquier clase de responsabilidad política en relación al desfalco de 487.000 euros en el Museo Guggenheim y aseguró que su cometido en el consejo de administración de la pinacoteca se limita a observar si los balances que se presentan son correctos y, en caso contrario, «denunciarlo y actuar». En esta línea, anunció que ya se han aprobado nuevas medidas.
Marta MORALES | GASTEIZ
La consejera de Cultura, Miren Azkarate, aprovechó su comparecencia ayer en la comisión de Cultura de la Cámara de Gasteiz para aclarar que en el «caso Guggenheim» existe un único responsable: el ex director financiero del Museo, Roberto Cearsolo. En concreto, y en respuesta a la pregunta de los grupos políticos de la oposición presentes en la comisión sobre si se sentía «responsable política» ante lo sucedido, Azkarate limitó su competencia a la de cualquiera que participa en un consejo de administración: «ver que todo está correcto y, si se observa algún problema, denunciarlo y tomar medidas».
De hecho, la consejera se felicitó por la rápida reacción y por las medidas adoptadas tras conocerse que Cearsolo, quien fuera director de Administración y Finanzas de la pinacoteca bilbaina desde su apertura, se había apropiado de 486.979 euros desde 1998. «Creo que la responsabilidad de ambas instituciones, tanto de la Diputación como del Gobierno Vasco, ha sido debida y correctamente ejercida. No hemos ido con los ojos cerrados, pero no pudimos detectar las irregularidades porque eran modificadas a ejercicio vencido», explicó.
Lo que sí reconoció Azkarate fue que los mecanismos de control financiero del Museo han resultado insuficientes y, en este sentido, anunció que las actividades de las sociedades Inmobiliaria y Tenedora, gestoras del Museo, han sido integradas en el Departamento de Finanzas de la Fundación Guggenheim por lo que, al igual que ésta, serán sometidas a una revisión anual. «Control con respecto a las operaciones de compra y gastos de inversiones, así como el procedimiento de paso y el registro y contabilización de las mismas», concretó.
Asimismo, indicó que, junto con la apertura ya anunciada de un proceso interno de investigación sobre el desfalco, también se ha encargado a una auditoría externa un informe para revisar las operaciones de ambas sociedades de 1998 a 2006, periodo en que las cuentas no eran auditadas.
Azkarate, que antes de comparecer en Gasteiz estuvo en el Guggenheim recibiendo a los representantes de la corona española (que clausuraron el seminario sobre el vizcaino Diego María Gardoki) junto con el lehendakari, Juan José Ibarretxe, y el propio director del Museo, Juan Ignacio Vidarte, entre otros, adelantó que el informe del desfalco estará listo en unos dos meses y se mostró confiada en no encontrar «más irregularidades» aparte de las confesadas por Cearsolo.
«Confianza» en la Dirección
Durante su intervención, la consejera expresó su compromiso de llevar la investigación sobre lo sucedido «con rigor y hasta sus últimas consecuencias» para depurar «de una forma contundente, la responsabilidad de aquellos que han traicionado la confianza que se ha depositado en ellos», en referencia a Roberto Cearsolo, quien ha sido despedido y denunciado ante los tribunales.
No obstante, Azkarate aseguró mantener la «confianza» en el director de la pinacoteca bilbaina, Juan Ignacio Vidarte, aunque no dudó en afirmar que «si en algún momento tuviera sospechas de que ha sido negligente o que ha cometido irregularidades, pediría su cabeza».
«Modus operandi» de Cearsolo
Por su parte, la diputada foral de Cultura de Bizkaia, Josune Ariztondo, quien compareció por la mañana ante las Juntas Generales, reveló el método empleado por Cearsolo para cometer el desfalco, consistente en incrementar artificialmente el importe de las operaciones de inversión.
Ariztondo, quien aseguró que el autor confeso del fraude no tenía firma autorizada para realizar operaciones bancarias, explicó que, de lo investigado hasta la fecha, en 2005 se han detectado diez movimientos bancarios sin justificación, ordenados por Cearsolo desde la cuenta de Tenedora a dos cuentas ajenas, por un importe total de 193.805,28 euros.
Ariztondo precisó que una de las cuentas, a la que transfirió 55.951,32 euros, «tiene como titular a Cearsolo» y, la segunda, en La Caixa, que recibió transferencias por 137.853,96 euros, es de titularidad desconocida, al no haber sido facilitada por la entidad de ahorros.
Ariztondo añadió que Cearsolo «no trasladaba estas transferencias a la contabilidad sino que las registraba artificiosamente, incrementando el importe de operaciones de inversión en activos financieros».
Las investigaciones también han descubierto que, en 2004, Cearsolo, «suplantando la firma autorizada» de Vidarte, emitió «cinco cheques de la Tenedora por importe de 25.585 euros, dos a nombre del propio Cearsolo, y otros dos al portador, y están pendientes de confirmar, a día de hoy, los datos del quinto».
Durante su comparecencia ante la comisión de Cultura del Parlamento de Gasteiz, el director general del Museo Guggenheim, Juan Ignacio Vidarte, negó que en la última semana se haya producido ningún contacto con Roberto Cearsolo ni con el abogado de éste. «La última vez que hablé con él fue en la noche del 2 de abril, cuando me llamó para decirme que le habían dado la baja de larga duración por depresión. Entre el 8 y el 11 de abril no se han producido acuerdos ni contactos con Cearsolo», insistió al responder a las preguntas planteadas por los grupos de la oposición. Vidarte aseguró sentirse «responsable y haber fallado en bastantes cosas, la principal haber confiado» en Cearsolo y, ante algunas insinuaciones respecto a su posible dimisión, recordó que su cargo «es un cargo de confianza por lo que siempre está a disposición de los órganos de gobierno del museo». No obstante, adelantó que continuará con su labor «en la medida en que siga sintiendome respaldado por las instituciones y los patrones del museo». El director del Guggenheim, que durante su intervención realizó un relato pormenorizado de los hechos desde que, el pasado día 3, reciberan una comunicación del Tribunal Vasco de Cuentas Públicas (TVCP) solicitando información de operaciones efectuadas por la Sociedad Tenedora, valoró de modo positivo la reacción ante el desfalco y consideró que, tras detectar el problema «se ha actuado de forma expeditiva» por lo que, tras asegurar que se trata de «un hecho aislado», pidió que «no se empañe la imagen del museo». Vidarte negó que el «caso Guggenheim» tenga «ninguna conexión» con la pérdida por el Museo de seis millones de euros al comprar dólares americanos hace varios años, época en la que Cearsolo era aún director financiero de la pinacoteca bilbaina. Asimismo, rechazó que la advertencia realizada por el TVCP en relación a la conveniencia de contar con dos firmas para disponer de fondos para la adquisición de bienes y servicios hubiera podido evitar o, cuando menos, sacar antes a la luz, el desfalco. «La segunda firma hubiera sido la del propio Cearsolo», indicó Vidarte. Y es que, según explicó, el autor confeso del desfalco «utilizaba mi clave de acceso para realizar transferencias pero nadie se enteró porque manipulaba los registros contables para que no figuraran los traspasos». El director del Guggenheim adelantó también que Cearsolo ha aportado otro cheque por lo que «ya sólo faltan por devolver 200.000 euros».
Los grupos parlamentarios de la oposición, PSE, Ezker Abertzaleak, PP y Aralar insistieron ayer en exigir mayores medidas para garantizar un «adecuado» control de la gestión financiera del Museo Guggenheim y evitar nuevos desfalcos, a la vez que coincidieron en pedir aclaraciones detalladas sobre lo sucedido. La portavoz de Ezker Abertzaleak, Itziar Basterrika, remarcó la importancia de que los controles «estén en manos de dos o más personas» y exigió «medidas más estrictas». Por su parte, Isabel Celaá (PSE) acusó a la consejera de «haber hecho de la falta de transparencia una seña de identidad del museo». Además, se mostró «estupefacta ante la falta de autocrítica» mostrada tanto por Azkarate como por Vidarte. Por su parte, el portavoz del PP, Carmelo Barrio, propuso la creación de una «comisión especial de investigación» en el Parlamento con el fin de «disipar dudas y materializar responsabilidades públicas». Aintzane Ezenarro, por su parte, coincidió con el resto en exigir un mayor control de cara al futuro.