Ya es la tercera. ¿Será la vencida?
Iñaki Iriondo Corresponsal político
Tal vez más que de crisis del tripartito, en realidad, habría que hablar de crisis en el seno del PNV. A fin de cuentas, el lehendakari, el líder que siempre se ha mostrado como el más firme defensor de esa fórmula ya agotada, según José Luis Bilbao e Iñigo Urkullu, es miembro del PNV. Es más, cabría decir que el tripartito es Juan José Ibarretxe y si el tripartito ha caducado...
Esto viene de atrás. A algunos hace mucho que la fórmula no les gusta. El 12 de mayo de 2006 GARA publicaba una información que titulaba «Pulso interno al lehendakari. El cambio del PNV en la Ley del Suelo se ve como el inicio de una operación de desgaste del tripartito». En sectores de dentro y fuera del tripartito aquellos movimientos jeltzales contra una ley de su propio Ejecutivo se entendieron como un pulso a Juan José Ibarretxe, a quien ya entonces algunos veían como «amortizado». Y en la información de 2006 se podía leer que a la hora de hablar de los instigadores de aquella operación «distintos interlocutores señalan en la misma dirección: hacia Iñigo Urkullu, actual presidente del BBB y portavoz del EBB, y al diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, a quien se presenta como aspirante a sustituir a Ibarretxe -o a quemarse en esta batalla interna-». En su discurso del miércoles Bilbao mencionó la Ley del Suelo como un «trágala» del Parlamento arrebatando competencias forales. Ibarretxe ganó aquella batalla, aunque con enmiendas.
La segunda crisis grave llegó la pasada primavera, cuando el PNV acusó a sus socios de deslealtad en lo relativo a pactos municipales y forales. Entonces el lehendakari intentó zanjarlo con una solemne declaración de intenciones que extendía el tripartito hasta el 2009 y más allá. Pero la herida no cicatrizó y con los calores del verano de los pactos municipales se pasó a las opiniones públicas de Josu Jon Imaz sobre la consulta, las respuestas de Joseba Azkarraga desde EA y también otras de EB. Iñigo Urkullu acabó dando un puñetazo en la mesa en pleno mes de agosto, acusando a sus socios de «deslealtad al lehendakari» por utilizar su nombre contra el PNV en el debate público. EA y EB le vieron las orejas al lobo y optaron por contemporizar. Pero la airada reacción del EBB obedecía en realidad a que el debate iba al meollo del enfrentamiento interno que estaba viviendo en esos momentos el PNV.
Y aunque con la marcha de Josu Jon Imaz y con la ponencia consensuada se trató de vender como superada la división interna del PNV, la caja de los truenos -que con preaviso a los medios- ha abierto José Luis Bilbao para ser secundado después por Iñigo Urkullu, demuestran que la batalla sigue abierta. ¿Quién será su próxima víctima?