Maite SOROA
Bilbao, un «renovador» en el PNV
El diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, se soltó el pelo ayer ante el foro de La Fundación Sabino Arana para españolear un rato y proponer un nuevo matrimonio con el PSOE. Según el editorialista de «EL Correo Español» -que no disimulaba su alborozo-, lo de Bilbao hay que entenderlo como «un desafío en toda regla a la línea política que defienden tanto el lehendakari Ibarretxe como buena parte de su propio partido».
Constataba el escribiente del españolísimo rotativo que «con tal propuesta y tales críticas, el diputado general de Vizcaya irrumpe en el debate que su partido no termina de dirimir desde la renuncia de su anterior presidente, Josu Jon Imaz, y se alinea claramente con sus tesis frente a las corrientes más rupturistas». O sea, un innovador. ¡Qué bueno!
Pero la clave de la conversión hispanista de Bilbao se explica mejor en el cierre del editorial: «En las palabras de José Luis Bilbao resuenan, sin duda, los ecos de la reflexión que su partido se ha visto obligado abordar tras el descalabro de las elecciones generales y en la que se reclamaba más pragmatismo y menos ideología. Pero late también el temor a que la propuesta que puso sobre la mesa el lehendakari Ibarretxe el 28 de septiembre del pasado año en el Parlamento vasco pueda entrar, a partir del pleno parlamentario del próximo mes de junio, en una fase de irreversibilidad que acarrearía consecuencias inquietantes para su partido y para el país». ¿Inquietantes? ¿Por qué?
En el mismo rotativo español, el que fuera más que asesor de Ardanza, José Luis Zubizarreta, constataba que «ahora toca, por tanto, escuchar la respuesta de los verdaderamente aludidos. El lehendakari es el más directo y principal. Porque sólo a él puede ir dirigida la frase con que concluye la conferencia: `No podemos ofrecer más frustración, desencuentro y debate estéril'. Estaremos a la escucha. Y veremos, de paso, si, en las palabras de José Luis Bilbao se revela un kamikaze dispuesto a inmolarse en solitario por la patria o se oculta, emboscado, todo un ejército dispuesto a desplegarse para la batalla. Pronto saldremos de dudas». Hala, a españolear. Otra vez. Pero si ya estamos acostumbradas...