Urkullu dice que habrá consulta, pero la redefine como «apelación a ETA»
La «consulta habilitadora» anunciada por Juan José Ibarretxe para el próximo 25 de octubre tenía como primer objetivo «enviar un mandato al Gobierno español y ETA para que inicien un proceso de diálogo». El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, defendió ayer su celebración, pero la recaracterizó como «apelación a ETA».
Ramón SOLA |
En un escenario en que desde dentro del PNV y de los otros dos partidos del tripartito de Lakua no dejan de surgir críticas o recelos ante la consulta comprometida por Juan José Ibarretxe, el presidente jeltzale, Iñigo Urkullu, lanzó ayer un doble mensaje. En una entrevista a diarios del Grupo Vocento, dio a entender que su partido sigue apostando por esa votación para el 25 de octubre, atrapado a todas luces por la palabra dada por el lehendakari, pero intentó modificar el contenido prometido por Ibarretxe tras argumentar que «no hemos sabido explicar la consulta ni a la sociedad ni al propio partido».
Urkullu afirma ahora que la consulta «sólo tiene un efecto político de apelación a la sociedad vasca para que exija a ETA el final de la violencia y para que los partidos busquemos luego un acuerdo que sí sea refrendado por la sociedad», un segundo paso que sitúa en torno a 2010.
La «hoja de ruta» definida por el presidente jeltzale es técnicamente idéntica a la de Ibarretxe, ya que éste también apostó en el Parlamento de Gasteiz por un «referéndum resolutivo» en «el segundo semestre de 2010». Sin embargo, entre ambos hay un cambio de objetivo que lógicamente tendría reflejo en la definición de la pregunta del 25-0.
Así, mientras Urkullu plantea la consulta como «una exigencia a ETA», Ibarretxe la expuso en el Parlamento de Gasteiz en setiembre pasado en estos términos: «La sociedad vasca será consultada para enviar un doble mandato; primero, para que el Gobierno español y ETA inicien un proceso de diálogo con el objetivo de lograr el fin definitivo de la violencia, siempre que ETA manifieste previamente su voluntad inequívoca de abandonar el terrorismo y de que las decisiones políticas correspondan a los representantes políticos vascos; y segundo, para que todas las fuerzas políticas vascas, sin exclusiones, inicien un proceso de negociación con el objetivo de alcanzar, en un plazo determinado, un acuerdo de normalización política sobre el ejercicio del derecho a decidir del pueblo vasco y sobre el marco de relaciones».
En este segundo objetivo también hay una divergencia clara entre la promesa de Ibarretxe y el discurso actual del presidente de su partido. Mientras el lehendakari habla de negociación política «sin exclusiones», Urkullu no concreta qué partidos participarían en esa eventual segunda fase 2008-2010. Además, en la entrevista vuelve a dirigir todo su mensaje al PSOE y recalca en paralelo que el PNV seguirá adelante con las mociones contra la izquierda abertzale en los ayuntamientos, pese a que intente distanciarse del encarcelamiento de la alcaldesa de Arrasate, Ino Galparsoro, tras el fra- caso de la primera votación.
Salida en falso
El intento de Urkullu de cambiar de dirección la consulta da aún más fuerza a la información revelada por GARA el pasado 22 de abril a partir de fuentes fiables de Lakua, y en la que se anticipaba que el Gobierno de Gasteiz buscará evitar la consulta planteando una pregunta que la izquierda abertzale no pueda aprobar. Si el calendario se mantiene, todo esto se debería definir en un pleno parlamentario a finales de junio.
Lo que todo el mundo da por absolutamente seguro es que el plan A de Ibarretxe, es decir, llegar a un acuerdo con el Gobierno español antes, está descartado por decisión del PSOE. Ayer se quejó de ello el presidente del BBB, Andoni Ortuzar, que prevé que Zapatero sólo reciba al lehendakari unos días antes y para cubrir el expediente.
Las dudas sobre la política de alianzas y la estrategia general del partido no dejan de crecer, más aún después de que cargos tan significados como el diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, hayan apostado abiertamente por pactar con el PSOE, en contra de la línea de Ibarretxe. Urkullu es preguntado en la entrevista tanto sobre el futuro del lehendakari como sobre cuál es su fórmula de gobierno preferida, y no despeja ninguna de esas dudas.
Así, ante la pregunta de si «existe la posibilidad de que no sea Ibarretxe el candidato a lehendakari», el presidente del EBB se limita a responder que «no nos lo hemos planteado». Mientras tanto, cabe recordar que el PSE ya ha puesto en marcha el proceso de elección de Patxi López como candidato.
En cuanto a la validez o no del tripartito, que Bilbao dio por «agotado» directamente, Urkullu indica que «no entro a enjuiciarlo. Es una fórmula más, como otra que existen en diversos ámbitos institucionales, en este caso circunscrita al Gobierno Vasco (...) Después de las elecciones vascas veremos los resultados y las sintonías que se dan entre los programas, sin dejarnos llevar por opiniones, ni externas ni internas», añade el mandatario jeltzale.