Las tormentas auguran una menor incidencia de las alergias de primavera
Suele decirse que mayo es el mes más bonito del año, por aquello de las flores y de la eclosión vital de la naturaleza. Pero también es el mes más temido por ese 10% de la población que sufre alergias primaverales. Este año parece que las tormentas llegan en su auxilio.
Iñaki VIGOR
Los pólenes son las diminutas células masculinas de las plantas que están floreciendo. Los pólenes de las plantas cuyas flores son de colores brillantes, como las rosas, generalmente no provocan alergia. Sin embargo, muchos árboles, pastos y hierbas que alcanzan poca altura producen pólenes muy pequeños, secos y ligeros, para que se diseminen bien con las corrientes de aire. Son precisamente éstos los que provocan los síntomas de la alergia primaveral.
La rinitis y el asma alérgica, que se suelen dar a principios de la estación más florida, están provocadas habitualmente por pólenes de árboles. Mayo y junio son los meses característicos de alergia al polen de gramíneas, mientras que la alergia a pólenes de herbáceas, como la Salsola, se prolonga hasta el otoño. Así lo explica Javier Aldaz, jefe de Salud Alimentaria y Medioambiental del Instituto de Salud Pública de Nafarroa.
Los expertos saben que cada planta tiene un periodo de polinización bastante definido, que no varía mucho de un año al siguiente. No obstante, las condiciones climatológicas pueden afectar al volumen de polen que el aire transporta en un momento dado, y por tanto a los síntomas de la alergia primaveral. Esa influencia puede ser mínima en días lluviosos, nublados y sin viento, porque el polen no se desplaza en estas condiciones. Por el contrario, el clima caluroso, seco y con viento suele provocar una mayor distribución del polen y un incremento de la sintomatología.
¿Y cómo se presenta esta primavera? «La verdad es que no se puede saber si va a generar muchas alergias o no. Las previsiones dicen que va a haber tormentas, que limpian muchísimo la atmósfera y arrastran el polen. Pero son previsiones, no es algo que se pueda asegurar», matiza Javier Aldaz.
La alergia más común suele ser a las gramíneas, es decir, al trigo, cebada, centeno, maíz, avena y arroz, principalmente. El cultivo de estos productos ocupa el 20% de la superficie vegetal del mundo y constituye la fuente de alimentación básica, tanto humana como animal. Según el mapa de polinización europeo elaborado con datos referentes a los meses de mayo y junio, Euskal Herria registra un nivel de polinización medio.
Aunque suele haber disimilitudes de unas comarcas a otras, Javier Aldaz resta importancia a la distribución espacial, ya que sólo hay «pequeñas diferencias» del norte al sur. «Dependiendo de la zona, predomina la alergia a un tipo u otro de flora. La más común suele ser la alergia a las gramíneas, pero también se da a las hierbas, las ortigas o los árboles. Por ejemplo, donde hay olivos suele predominar la alergia a ellos», señala el jefe de Salud Alimentaria y Medioambiental del Instituto de Salud Pública.
Cerrar las ventanas y usar gafas de sol
La evitación de polen en primavera es prácticamente imposible, pero existen algunos consejos o medidas de prevención útiles para reducir los síntomas. Una de ellas es mantener cerradas las ventanas de la casa, especialmente durante las horas de sol, y abrirlas al atardecer. En cualquier caso, debe evitarse tener las ventanas abiertas durante la noche, pues los pólenes son más abundantes en la madrugada. Del mismo modo, es conveniente mantener cerradas las ventanillas cuando se viaja en coche.
Javier Aldaz también recomienda disminuir las actividades al aire libre durante las primeras horas de la mañana y a última hora de la tarde, ya que, al enfriarse paulatinamente la atmósfera, se produce el descenso del polen que flota en el aire. Otros consejos son no secar la ropa durante las fases máximas de polinización, debido a que el polen queda atrapado muchas veces en la ropa húmeda, y utilizar gafas de sol al salir a la calle.
Por último, conviene consultar las páginas web donde se informa de los niveles de polen que hay cada día. Una de ellas es la propia página del Instituto de Salud Pública de Nafarroa (www.cfnavarra.es/isp).
En once países de la Comunidad Europea ya se han comercializado vacunas para el tratamiento de las alergias, pero a Euskal Herria no llegarán hasta la próxima primavera. De momento, los avances en biología molecular e ingeniería genética están permitiendo mejorar el diagnóstico en alergia con la utilización de anticuerpos recombinantes, y su utilización en diagnósticos es ya un hecho.
En los últimos años también se ha avanzado mucho en el tratamiento de las enfermedades alérgicas respiratorias. El tiempo para alcanzar la dosis eficaz en inmunoterapia subcutánea ha sido reducido a más de la mitad. Hoy en día ya es posible alcanzar en cuatro semanas la dosis eficaz, mientras que antes se tardaba entre 13 y 17 semanas. La modalidad de gotas sublinguales, de administración domiciliaria, también ha supuesto un avance.