La quinta edición de la Feria ``Los dulces del convento'' que se desarrolló este fin de semana en el convento de la Encarnación de Bilbo atrajo a miles de personas que, desde el viernes, compraron la totalidad de los 10.000 kilos de pastas, mil quesos y 1.800 botellas de vino que se habían traído para su venta, entre otros productos.

Un total de 43 monasterios de clausura del Estado y hasta del extranjero ofrecieron en el claustro de la Encarnación lo que elaboran artesanalmente con sus manos para su mantenimiento. Dulces de todo tipo, licores, vinos, quesos, velas, cerámica, productos cosméticos, colonias y ungüentos milagrosos captaron la atención de los visitantes.

Algunas de las curiosidades de ayer eran un bollo turco elaborado por las monjas clarisas del Monasterio de Santa Ana de Badajoz, o las cremas para la piel y colonias de las benedictinas de la Abadía francesa de San Vicente de Chantelle. Los visitantes mostraron también curiosidad por un ungüento elaborado a base de aceite de oliva, cera de abejas y hojas de hiedra que ofrecían las dominicas de Elorrio. El café arabiga recolectado por los cistercienses de Koutaba, en Camerún, se agotó el mismo viernes.