Vuelve la calma a Beirut y Trípoli y los choques se trasladan a Monte Líbano
La calma volvió ayer a Beirut y Trípoli tras los combates de las últimas horas, que ya han causado la muerte a al menos 42 personas. Los choques entre los partidarios del Gobierno pro occidental y la oposición libanesa se trasladaron al sureste de la capital, a Monte Líbano.
GARA |
Los combates se centraron en las cercanías de Aley, una región de mayoría drusa. Según los medios de comunicación libaneses, los choques entre los seguidores del líder druso Walid Jumblat y milicianos chiíes se centran en las localidades de Aitat, Kayfun, Baisun, Maite y Chueifat.
Estos combates venían a confirmar la fragilidad del acuerdo para un alto el fuego en la zona alcanzado entre las partes, según informó la cadena de televisión LBC, que debía entrar en vigor a las 18:00 de ayer.
Jumblat aseguró a la televisión libanesa haber mantenido contactos con el presidente del Parlamento, el chií Nabih Berri, dirigente de la oposición, para detener los enfrentamientos.
Según Jumblat, ambos acordaron encargar al dirigente druso Talal Arslan -rival de Jumblat y aliado de la oposición-, la mediación en la crisis.
Tanto Arslan como Jumblat pidieron a sus partidarios el cese inmediato de los combates y la entrega de las armas.
Estos choques se producían después de que cesaran los enfrentamientos en Trípoli (norte), segunda ciudad del país, donde se desarrollaron choques entre la noche del sábado y la mañana de ayer.
Según fuentes oficiales, los combates, que causaron la muerte de una persona -otras fuentes hablan de dos- y se produjeron entre los grupos leales al líder suní Saad Hariri, y miembros del opositor Partido Demócrata Árabe, integrado mayoritariamente por alauíes -secta chií- aliada de Hizbullah.
Entretanto, la capital libanesa vivía una calma relativa tras los enfrentamientos que estallaron el pasado domingo, la demostración de poder de Hizbullah y la retirada posterior de los milicianos chiíes después de que el Ejército «congelara» las decisiones adoptadas por el Gobierno prooccidental contra Hizbullah.
No obstante, el aeropuerto permanece cerrado y son visibles numerosas barricadas en puntos de Beirut.
El cada vez más desacreditado primer ministro libanés, Fuad Siniora, sostenido por EEUU y el Estado francés, participó ayer en acto convocado por su Gobierno, un minuto de silencio, contra la «violencia».
Llamamiento de la Liga Árabe
La Liga Árabe, cada vez más escorada en su apoyo a las fuerzas prooccidentales, pidió ayer a las milicias libanesas el cese inmediato de los combates y que permitan al Ejército libanés desarrollar sus labores en las zonas de tensión. Los ministros de Exteriores de la Liga, excepto el sirio, celebraron ayer una reunión de urgencia en El Cairo.
El ministro israelí de Defensa, Ehud Barak, afirmó que la situación en Líbano es «grave» , y se mostró preocupado por el «rápido control por parte de Hizbullah» del oeste de Beirut.