Como cabía esperar, todo quedará pendiente al desarrollo de la última jornada, que será de infarto, y en la que estarán inmersos también Zaragoza, Recreativo y Valladolid. A estos dos últimos no les servirá abrazarse en el encuentro que disputarán en el Nuevo Colombino, mientras que navarros y maños están obligados a jugarse las habas con dos escuadras que miran a objetivos superiores.

Será un doble duelo permanencia-Copa de la UEFA, en el que, al menos, los de Ziganda parten con la ventaja de un punto sobre los zaragocistas. Los rojillos rompieron su mala racha negativa en propio feudo y demostraron que siguen vivos, aunque habrá que poner algo más de fútbol sobre el verde de El Sardinero para no estar a expensas del resto.

Desde luego, no se le pudo poner más de cara el partido a los rojillos. Apenas habían pasado las manecillas del cronómetro del primer minuto cuando ya estaba perforada la portería del Murcia. Un saque de banda botado por Azpilikueta fue mal despejado por Mejía, acabando el balón en la cabeza de Dady, quien remató bombeado por encima de un Carini que se tragó de malas maneras el esférico.

Lo más importante ya estaba hecho, además sin apenas desgaste a la hora de acosar la defensa rival. En la primera ocasión la lata ya estaba abierta y, a partir de ahí, los de Ziganda se dedicaron más a esperar a los pimentoneros -ayer de verde- y tratar de salir en velocidad o aprovecharse de una jugada a balón parado para aumentar la renta en el marcador.

Y pudieron haberlo conseguido si Juanfran hubiera variado su habitual desacierto de cara a puerta. Dady volvió a hacerse un hueco entre los centrales murcianos para hacerse con una pelota en el área pequeña y el caboverdiano envió atrás, donde el de Crevillente remató muy mal con su pierna izquierda un gol que parecía cantado, mandando el cuero por encima del marcador electrónico.

Demasiado pertrechado en sus dominios, Osasuna permitía que el Murcia campara a sus anchas en el medio campo y pasó a sufrir a la media hora de encuentro. Aquino buscó la escuadra de Ricardo en el minuto 27 pero afortunadamente lo hizo con su pierna mala y en la jugada siguiente De Lucas lo intentó de lejos, sacando a dos manos el cancerbero rojillo no sin ciertos apuros.

Otra vez Aquino, el más incisivo enemigo durante los primeros cuarenta y cinco minutos, volvió a poner el miedo en el cuerpo con una internada de calidad por su carril izquierdo -túnel incluido-, pero su magnífica asistencia por raso pasó por delante de las narices de defensas y atacantes afortunadamente.

Juanfran la enmienda

Juanfran enmendó su error en la primera ocasión de peligro que generaron los navarros tras el descanso. La salida de Hugo Viana en lugar de Pandiani le dio otro aire al partido. De las botas del portugués salió la falta que propició el segundo tanto, otra vez a balón parado, anotado por el alicantino viniendo desde atrás, tras otro mal despeje de la zaga murciana. Carini volvió a ser otra vez un amigo.

El futbolista cedido por el Valencia, que apenas había jugado 87 minutos en lo que va de Liga, ya había puesto su grano de calidad cuando sólo llevaba dos minutos sobre el césped, en un centro chut que no encontró rematador. Él fue también quien dio un preciso envío a Dady para que el caboverdiano, superando a sus marcadores, rematara con la testa, pero demasia- do elevado.

Mientras, Osasuna seguía llevando peligro a balón parado. Un saque de esquina en el minuto 82 propició dos ocasiones consecutivas. Una primera, con un barullo dentro del área que Josetxo no llegó a definir, ya que un rival se le adelantó a la hora de rematar en boca de gol.

De ese siguiente corner volvió a crearse una nueva oportunidad. En este caso fue Dady quien se adelantó al guardameta uruguayo y remató de cabeza pegado al poste derecho del Murcia. Vela, que dispuso de casi media hora, también creó su ocasión por la izquierda, pero volvió a pecar de individualista. Quiso hacerlo todo, incluso meter el gol cuando tenía otros compañeros en mejor disposición y se la sacó Carini.

A falta de un minuto para el final, volvieron a revivirse viejos fantasmas cuando Abel anotó un golazo por la escuadra. Al menos esta vez la escuadra navarra supo matar el encuentro y hacerse con una importantísima victoria.