El nuevo Indiana Jones encantará a los fans, sin ser una gran película
Tras meses de secretismo, la cuarta entrega de Indiana Jones se proyectó ayer en Cannes. El resultado fue una tibia acogida para su nueva aventura que, a buen seguro, sí gustará a sus fans. Es un homenaje al personaje y a sus anteriores filmes.
Alicia GARCÍA DE FRANCISCO | CANNES
``Indiana Jones and the Kingdom of the Crystal Skull'', el regreso 19 años después de ``Indiana Jones and the Last Crusade'', tiene todos los elementos de la saga: un mítico tesoro a encontrar (el cráneo de cristal), viajes, persecuciones, humor, una mala malísima (Cate Blanchett), el látigo y el sombrero, un bicho (hormigas carnívoras) e incluso un reencuentro con un amor perdido (Karen Allen). Lo tiene todo menos cosas nuevas.
La mayor novedad, el personaje que interpreta Shia LaBeouf (¿será o no será el hijo de Indiana?) y una sorpresa al final de la película, que será mejor no desvelar.
En medio, multitud de guiños a las entregas anteriores de la saga. Desde un breve instante en el que se ve el Arca de la Alianza hasta las persecuciones de los indios (como en el Templo Maldito) o un clímax final muy similar al momento en el que se abre el arca. Tanto su director, Steven Spielberg, como su productor, George Lucas, quisieron desde el principio mantener la imagen de las entregas anteriores y para ello optaron por no usar técnicas digitales y limitar en lo posible el uso de efectos especiales digitalizados. El objetivo era «hacerla mágica hábilmente y no mágica digitalmente», dijo el productor en la rueda de prensa.
La acción se desarrolla en 1957 y se inicia en un desierto del suroeste de Estados Unidos, en plena Guerra Fría. Indy (Harrison Ford) y su amigo Mac (Ray Winstone) escapan de una banda de agentes soviéticos, liderados por una cruel Irina Spalko (Blanchett), que buscan una misteriosa reliquia.
Viaje a Perú
Ya de regreso a casa, el arqueólogo conoce a un joven, Mutt (un Shia LaBeouf estéticamente una copia de Marlon Brando), que le pone sobre la pista del cráneo de cristal de Akator, ciudad perdida del Amazonas, al parecer el legendario Eldorado.
Por la búsqueda de esa reliquia murió supuestamente el conquistador Francisco de Orellana, que también tiene su espacio en el filme, y para encontrarla Indy y su nuevo amigo se van a Perú, donde se toparán de nuevo con los soviéticos.
Una historia que satisfizo lo suficiente a Spielberg como para volver a embarcarse en un Indiana Jones, algo que Lucas quería hacer desde 1994 pero a lo que el director se mostraba reticente, como aseguró ayer. «Yo fui el que tuvo que ser convencido. Ahora estoy haciendo películas con significado. Prefiero los dramas históricos», reconoció Spielberg, quien señaló que le llevó un «cierto tiempo encontrar la buena historia».
Fue Lucas el que tuvo la idea de usar el cráneo de cristal. «Siempre buscamos un artefacto que es o no real y que tiene efectos sobrenaturales», manifestó Lucas, quien agregó que para él lo importante es «creer que hay mucha gente que cree que es real». Spielberg se tuvo que rendir a la evidencia de los deseos de sus fans.
Por su parte, Ford calificó de «muy gratificante» el que haya un «interés constante en este personaje y en su historia, que ya tienen 30 años».
El actor halagó a sus compañeros cuando tuvo ocasión. De Blanchett dijo que tener como personaje antagonista a alguien interpretado «por una actriz tan poderosa y convincente como lo es Cate, es la forma de darme la oportunidad de cumplir las expectativas». Sobre Spielberg dijo que «era un brillante director cuando era joven, hace 20 años, y es incluso mejor ahora».
No se quedó atrás el director, quien afirmó que cualquier realizador que ha trabajado con Harrison Ford «tiene un arma secreta», porque es uno de los actores más trabajadores y que aporta más a los rodajes, lo que pone «mucha presión cada día de trabajo».
En cuanto al futuro del personaje, Steven Spielberg señaló que dependerá de «si quieren más de él».
Algo que pareció quedar claro por las dificultades para acceder al pase de prensa, a pesar de los 2.321 sitios del cine en el que se proyectó; por los empujones y carreras para poder entrar en la rueda de prensa (ahí sí, muy limitados) o por los aplausos, gritos y miles de fotografías tomadas por los periodistas.
El más solicitado fue Harrison Ford, quien se mostró solícito dejándose fotografiar y firmando autógrafos sin parar. Sus compañeros de reparto miraban entre divertidos (John Hurt o Karen Allen), molestos por la poca atención que se les prestaba (Blanchett o Winstone) o alucinados (Shia LeBeouf).
La cinta lo tiene todo menos cosas nuevas: un mítico tesoro a encontrar, viajes, persecuciones, humor, una mala malísima, el látigo, el sombrero y bichos.
Resultó difícil acceder al pase de prensa, a pesar de los 2.321 sitios del cine en el que se proyectó. Hubieron empujones y carreras para entrar a la rueda de prensa.
``Gomorra'', la primera película italiana a concurso en la competición oficial de Cannes, gustó y mucho en su primera proyección en el Festival, por su dura y realista visión de la mafia desde la vida diaria de sus peones menos importantes. El director, Matteo Garrone, que realizó el filme sobre una polémica y exitosa novela de Roberto Saviano, recibió la mayor ovación de la prensa hasta ahora en Cannes en su comparecencia tras la proyección, junto a Saviano que, desde la publicación del libro en 2006, vive bajo protección oficial.
Es un filme que cuenta, sin juicios morales ni concesiones, la vida de un complejo de edificios en Nápoles en los que la ley la marcan los clanes mafiosos y en los que los niños crecen rodeados de drogas, de armas y de violencia. En la película no falta el adolescente que quiere entrar en la mafia, un par de jóvenes descerebrados que quieren ir por libre, un hombre de aspecto respetable que lo es sólo en ese aspecto y el que tiene escrúpulos y sabe salirse a tiempo.
Lo original del punto de vista es que muestra la vida diaria de estas personas de forma cruda y sin ningún tipo de adorno, además de con una estética cercana a la del documental.