Agentes de la gendarmería francesa y de la Guardia Civil irrumpieron pasadas las once de la noche en un céntrico apartamento de Burdeos (departamento de Gironde), cerca de la estación ferroviaria, y allí arrestaron a cuatro presuntos militantes de ETA. Se trataría, según fuentes policiales citadas por agencia de información, de Francisco Javier López Peña, Jon Salaberria, Ainhoa Ozaeta e Igor Suberbiola, a quienes relacionaron con el «aparato político» de la organización armada.

Las mismas fuentes precisaron que los cuatro ciudadanos vascos estarían armados, pero que no opusieron resistencia alguna a la detención, y que el registro de la vivienda que ocupaban no comenzará hasta hoy. Estaba previsto que los detenidos pasaran la noche en la comisaría de Burdeos.

La operación, que fue posibilitada por una información de los Servicios de Información de la Policía francesa, está en manos de la Subdirección Antiterrorista y de la Policía Judicial de la citada ciudad. La «Fiscalía antiterrorista» de París ya se ha hecho cargo del caso.

Agencia de información españolas, citando fuentes de la lucha anti-ETA, indicaron que, en el momento de producirse la irrupción policial en el apartamento, los arrestados estarían llevando a cabo una reunión.

Los medios destacaron sobremanera el nombre de Francisco Javier López Peña, de quien dijeron que es el «número uno» de ETA. Concretamente, apuntando a fuentes policiales, señalaron que es el jefe tanto del «aparato político» como del «militar», e incluso incidieron en que participó activamente en el proceso de negociación con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y que estuvo presente en el último encuentro de mayo del pasado año.

Por lo que respecta a los otros tres detenidos, Jon Salaberria fue parlamentario de Sozialista Abertzaleak en la Cámara de Gasteiz, y se encontraba en busca y captura desde hace tres años. Ainhoa Ozaeta, por su parte, fue mahaikide.

Contra Igor Suberbiola también había dictada una orden de busca y captura por parte de la Audiencia Nacional española. El joven fue condenado a catorce años de prisión por el «caso Jarrai-Haika-Segi».

La última operación policial contra presuntos militantes de ETA en el Estado francés se desarrolló el pasado 15 de febrero, cuando cuerpos de elite de la Policía gala asaltaron una vivienda de Donibane Lohizune y detuvieron a tres personas.