Horas después de la muerte de un soldado a causa de una explosión registrada en un cuartel militar del área de Akar, situada al norte de Beirut, otra muerte violenta sacudía ayer Líbano cuando el país trata de recuperarse de la reciente crisis que causó la muerte de 65 personas.

Así, fuentes oficiales anunciaron el fallecimiento de una persona que, al parecer, portaba explosivos cerca de un campo de refugiados palestinos.

Según indicaron, los militares, emplazados en un puesto de control situado en uno de los accesos del campamento de Ain al Hilweh, cerca de la ciudad de Sidón, en el sur del país, dieron el alto a un vehículo, pero cuando solicitaron la documentación a los ocupantes del mismo, uno de ellos intentó huir a pie.

Los soldados dispararon al hombre y cuando se acercaron hallaron los explosivos. No se encontraron documentos que pudieran servir para identificar al individuo ni su filiación y objetivo. Sin embargo, otras fuentes señalaron que el hombre, al que identificaron como Mahmoud Yassine al-Ahmad, de 28 años, descendió del coche con una granada.

El incidente se produjo en la zona de Taameer Ain Héloué, que linda el campo palestino que algunos consideran como un bastión del grupo islamista Jund al-Cham.

El año pasado, en los combates que durante más de tres meses sostuvo el Ejército libanés con el movimiento islamista Fatah al Islam en el campo de Nahr al-Bared (norte) hubo más de más de 400 muertos, entre ellos 168 soldados libanés.

Horas antes, un militar libanés perdió la vida en la explosión registrada al amanecer en un puesto de inteligencia militar de la localidad de Abdé, cerca de la ciudad de Trípoli, en el norte del país, según informó la cadena británica BBC.

Efectivos militares acordonaron la zona e iniciaron la investigación de lo ocurrido para determinar la causa de la explosión. Algunas fuentes apuntaron que la deflagración fue provocada por una carga explosiva.

Estos dos incidentes tenían lugar mientras que el primer ministro, Fuad Siniora, prorrogado en sus funciones por el nuevo presidente, Michel Sleimane, proseguía sus consultas para formar un Gobierno de unión nacional después de meses de inestabilidad en Líbano, que degeneró en sangrientas confrontaciones a principios de mayo entre los partidarios del Gobierno y la oposición.

Siniora afirmó que prefería «esperar los resultados de la investigación» antes de pronunciarse sobre estos hechos.