La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), entidad formada por 30 de los estados más poderosos de Occidente y destinada a coordinar las políticas económicas y sociales que desarrollan esos países en el marco de la economía capitalista, ha hecho públicas sus previsiones macroeconómicas para los próximos meses. Así, la OCDE ha rebajado drásticamente las expectativas de crecimiento en la eurozona, incluido el Estado español, en cuyo caso se destaca el desplome de la burbuja inmobiliaria.

Cuando aún existía un bloque político de países que reivindicaba la economía dirigida a través de las políticas del estado resultaba más fácil para el grupo de países que conforman la OCDE ocultar que, en realidad, todas los sistemas económicos son dirigidos en mayor o en menor medida. Una vez que ese bloque cayó, cada vez resulta más difícil ocultar que el verdadero problema es hacia dónde se dirigen esas economías o, dicho de otra manera, hasta qué punto estas políticas económicas están dirigidas a salvaguardar los intereses de los poderosos frente a los de los más desfavorecidos.

Por eso resulta aún más obsceno que se oculte que han sido esas políticas económicas, dirigidas a defender esos intereses, las que han generado la crisis. Ni qué decir tiene que intenten ocultar que esto es, realmente, una crisis.