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Las amenazas contra Irán marcan la última cumbre europea de Bush

El presidente estadounidense aprovechó su participación en la cumbre con líderes de la UE para arremeter contra Irán, país al que calificó de «increíblemente peligroso para la paz mundial» en caso de que se dote de armas nucleares. EEUU y la UE han amenazado con aplicar «nuevas sanciones complementarias» a las adoptadas por la ONU. Teherán ya ha empezado a retirar sus bienes de los bancos europeos.

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Irán sigue en el punto de mira del todavía presidente estadounidense, George W. Bush, y de los líderes de la Unión Europea, reunidos entre el lunes y ayer en Brdo, Eslovenia. En la declaración conjunta emitida al término de la cumbre, remarcaron su intención y plena disposición a «complementar las sanciones -adoptadas por la ONU- con medidas adicionales. Continuaremos trabajando para adoptar medidas que garanticen que bancos iraníes no abusarán del sistema bancario internacional para apoyar la proliferación de armas y terrorismo».

Entre esas medidas, se incluye la congelación de activos de bancos. «Queremos mostrar efectivamente a los iraníes que lo tomamos muy en serio y que también en la UE estamos estudiando medidas adicionales», subrayó la comisaria de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero.

Paralelamente, Washington quiere aumentar la presión contra empresarios europeos para que endurezcan su posición hacia el país asiático. Fruto de esa presión, Barclays Bank, con sede en Gran Bretaña, ha puesto fin a todos los acuerdos con las centrales iraníes Saderat Bank y Bank Melli, que figuran en una lista elaborada por EEUU. Según esta lista, denominada SDN por sus siglas en inglés, ningún empresario estadounidense debe hacer negocios con empresas que aparezcan en ella.

En respuesta, Teherán está retirando sus bienes de los bancos europeos para depositarlos en el banco central iraní.

Para Bush, un Irán con armas nucleares sería «increíblemente peligroso para la paz. Pueden elegir entre afrontar el aislamiento y mejorar las relaciones con todos nosotros mediante una suspensión verificada de su programa de enriquecimiento de uranio», declaró en la rueda de prensa ofrecida junto al primer ministro esloveno, Janez Jansa, y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, tras la cumbre.

«En el pasado ignoraron a la AIEA -Agencia Internacional para la Energía Atómica- y, por tanto, no tienen derecho al enriquecimiento de uranio», agregó.

Las tres rondas de sanciones contra Irán aprobadas por el Consejo de Seguridad de la ONU incluyen restricciones en la circulación de fondos y prohibición de viajar a individuos y empresas iraníes implicados en actividades nucleares, así como la prohibición de vender a Irán componentes de «doble uso», que reciben este nombre por su posible utilización con propósitos militares y civiles.

Apoyo a la adhesión de Turquía

Otro de los temas estrella de la cumbre fue la futura adhesión a la UE de Turquía, aliado estratégico de Estados Unidos. No es de extrañar, por tanto, que Bush apoyara su inclusión en el club europeo. «Creemos firmemente que Turquía debe ser miembro de la UE», afirmó como en ocasiones anteriores.

Turquía comenzó las conversaciones de acceso a la UE en 2005, pero su posible adhesión sigue creando división en los países europeos. El Estado francés, con Nicolas Sarkozy a la cabeza, se opone tajantemente, al igual que Alemania y Austria. Gran Bretaña y Suecia, por el contrario, apoyan totalmente su incorporación a la UE. Precisamente, una de las paradas de Bush en su última gira europea será el Estado francés. Su visita coincide con la aprobación de un proyecto de reforma que incluye la obligación de celebrar un referéndum sobre la futura adhesión de Turquía. Este texto, no obstante, deberá cumplir todavía un largo trayecto legislativo antes de entrar en vigor con carácter definitivo.

El cambio climático también estuvo en la agenda política. Para Bush, aún es posible alcanzar un acuerdo antes de que concluya su mandato.

Una cena privada para recibir a un invitado no muy popular

En su última gira por la UE, Bush llegó ayer a Alemania procedente de la cumbre de Eslovenia. Vista la poca popularidad de la que goza en el país germano, su encuentro con la canciller Angela Merkel debió reducirse a un acto simbólico, a una invitación de cortesía tras la visita que Merkel hizo al rancho de Bush en Texas.

«No hay ninguna razón para llorar, más bien al contrario. Entre Bush y los alemanes no hay una pizca de simpatía, respeto y afinidad política», subrayó el «Frankfurter Runschau» en su editorial. «Será recordado como el presidente que llevó al mundo a una guerra fatídica, basó su política en la mentira, que predicó la libertad y creó Guantánamo», agregó el diario.

El «Berliner Morgenpost» recordó que «sólo el 30% tiene una opinión positiva del país que les ayudó a superar la tragedia de la Segunda Guerra Mundial». Para el «Badische Neueste Nachrichten», cuando «este tejano diga adiós al Viejo Mundo se llevará consigo nuestro suspiro liberador pues su decepcionante mandato ha sido una sucesión de daños». Pese a su impopularidad, Merkel, «la amiga y aliada fiel» que Bush no halló en el anterior jefe del Gobierno alemán, Gerhard Schröder, lo invitó, junto a su esposa, a una cena privada en el castillo de Meseberg.

Con la elección del nuevo presidente, analistas prevén un aumento de la presión estadounidense en temas no muy populares. Así, no dudan que Barack Obama o John McCain exigirán a Alemania un refuerzo de sus tropas en Afganistán, que aumente la presión contra Irán y su papel en la «reconstrucción» de Irak y apoye una posible intervención en Darfur. GARA

tono conciliador

«Confío en que quien me suceda entenderá la importancia de la Unión Europea en la política exterior de Estados Unidos y trabaje intensamente para que nuestros lazos sean fuertes», manifestó en su despedida en Brdo.

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