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La biblia infantil de C. S. Lewis

«Las crónicas de Narnia: el príncipe Caspian»

El estreno de la segunda entrega de «Las crónicas de Narnia» se adelanta al próximo miércoles día 2 de julio, en lugar de hacerlo en fin de semana. En Disney esperan que las recaudaciones en el resto del mundo compensen los pobres resultados de la taquilla norteamericana, que han sido inferiores a los logrados sorprendentemente por la primera parte.

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Mikel INSAUSTI | DONOSTIA

Disney se ha embarcado en una de esas interminables sagas fantásticas que se prometía tan rentable como «Harry Potter», pero no contaba con la saturación del mercado y el cansancio de los espectadores. La comparación no es caprichosa, puesto que la escritora J.K. Rowling confesaba haber tenido a los libros de C.S. Lewis como fuente de inspiración, ya que sus respectivas aventuras literarias tienen en común el tema del poder de la magia. Las cifras arrojadas por «El príncipe Caspian» en la taquilla norteamericana no están siendo las esperadas, al ir por debajo de las que hizo la anterior entrega «El león, la bruja y el armario», que alcanzó una recaudación total en su distribución en todo el mundo de 745 millones de dólares. Los responsables del estudio alegan, para explicar este bajón, que el estreno ha tenido lugar en unas fechas malas, al coincidir con el éxito millonario de «Iron Man» e «Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal». Pero la cuestión es que habían invertido mucho más dinero en la segunda entrega, convencidos de que encontraría una mejor respuesta por parte del gran público. Curiosamente, el número de espectadores ha ido en sentido contrario al del interés crítico despertado por las respectivas películas. La primera tuvo calificaciones más bajas, aunque «El príncipe Caspian» tampoco consigue una nota satisfactoria, como para justificar el rodaje de las cinco partes restantes.

Con Disney se tiene, sin embargo, la sensación de que hacer caja no es lo único que importa. «Las crónicas de Narnia» es un proyecto que nació con un espíritu evangelizador. En la era Bush el cristianismo se ha convertido dentro de los sectores conservadores de los EE.UU. en algo prioritario, y así lo ha entendido también la compañía del tío Walt. El escritor irlandés Clive Staples Lewis quiso completar una obra heroica en escenarios imaginarios parecida a la de su colega J.R.R. Tolkien, pero a diferencia de «El señor de los anillos», con un trasfondo pagano, quiso dotarla de una clara simbología cristiana con conceptos identificables como el de la Santísima Trinidad. El propio C.S. Lewis fue un cristiano converso, tras superar su inicial agnosticismo. De ahí que volcara la renovada condición de creyente en «Las crónicas de Narnia», que es una exaltación de los valores relacionados con la fé. Las películas del ciclo invitan igualmente a los niños y niñas a creer, a pensar que otros mundos son posibles, y que nuestra realidad solamente es un tránsito hacia otra forma de vida más elevada y espiritual.

Las alegorías cristianas de «Las crónicas de Narnia» tienen su epicentro en la figura del león Aslan, que equivale a Jesucristo o la reencarnación de Dios en la tierra. Este sagrado animal parlante crea el mundo de Narnia, para luego intervenir directamente en sus luchas mortales, hasta que por último lo somete a un juicio final. Los cuatro hermanos Pevensie, que lo siguen y lo buscan constantemente, representan a las familias cristianas en pos de la eterna salvación, porque son limpios de corazón. Ellos crecen mientras sus sueños, que es tanto como decir sus creencias religiosas, se mantienen intactos. El mensaje casa con el tipo de producción familiar a la que se dedica la Disney, de la que esta saga es un claro ejemplo. Se trata de películas toleradas para todos los públicos, en las que la violencia de las batallas aparece siempre atenuada, sin llegar a escenas sangrientas. Incluso el tipo de espectador que no ha reparado en el contenido ideológico de la franquicia acabará por sentirse decepcionado, si es que de verdad le gusta la fantasía épica. La interpretación que Disney hace de «Las crónicas de Narnia» se aleja de dicho género, estando mucho más próxima al cuento de hadas.

«Las crónicas de Narnia» no deja de ser una biblia infantil para el cristianismo anglosajón, donde los héroes humanos son escolares que visten el tradicional uniforme inglés. En «El príncipe Caspian» esa diferenciación cultural se hace más acentuada si cabe, porque los Pevensie regresan a Narnia para enfrentarse con los tiranos que han usurpado el poder, los cuáles son latinos, por más que en la jerga narniana se les denomine «telmarinos». Resulta difícil comprender porqué en un universo paralelo el mal y el bien hayan de estar ligados a determinados grupos raciales, a modo de prolongación del maniqueísmo existente en nuestra ya de por sí alterada realidad. La cuestión es que el legítimo heredero del trono de Narnia es encarnado por un joven actor inglés, al que no merece la pena nombrar porque dentro de un tiempo nadie se acordará de él. Este «anglo» se enfrenta a un monarca impostor llamado Miraz, papel que recae en el conocido actor y cineasta italiano Sergio Castellitto, que tiene como esposa en la ficción a la actriz castellanoparlante Alicia Borrachero, la de la serie de televisión «Periodistas». En fin, que no hace falta ser un lince para percatarse de lo xenófobo del planteamiento, encima en nombre de la religión.

A pesar de que faltan cinco libros por ser adaptados, y de momento ya están firmados los contratos para dos películas más, no parece que la versión cinematográfica de «Las crónicas de Narnia» vaya a deparar grandes sorpresas en el futuro. En «El príncipe Caspian» han querido echar el resto, tanto, que es de prever que las posteriores entregas no puedan seguir contando con un presupuesto así de generoso. Se ha tocado techo al segundo intento, comprobándose que el proyecto no da más de sí. Por supuesto, la maquinaria promocional se encargará de transmitir una sensación opuesta de desbordante espectacularidad, a base de hablar de las localizaciones exteriores en Nueva Zelanda, de los fabulosos decorados construidos en los estudios Barrandov de Praga, de los efectos digitales diseñados por la compañía WETA de Peter Jackson, así como del internacionalísimo reparto. Lo bueno que tienen las sagas es que te pueden pillar despistado en una película, incluso en dos, pero a la tercera ya no.

NUEVOS PELIGROS

En esta entrega de la serie «Crónicas de Narnia», los hermanos Pevensie se trasladan por arte de magia desde Inglaterra al mundo de Narnia donde se enfrentarán a nuevos peligros. Esta aventura no esconde una exaltación de valores cristianos relacionados con la fe y vidas más espirituales.

CINCO LIBROS MÁS

Faltan cinco libros de C. S. Lewis que Disney pretende llevar a la pantalla, buscando imitar a Harry Potter. Dos de ellos, al menos, ya están firmados. Sin embargo, parece que con esta segunda entrega, en la que se han invertido todo tipo de recursos y una gran cantidad de dinero, la saga ya ha tocado techo.

Estreno

Título original:

«The Chronicles of Narnia: Prince Caspian».

Dirección: Andrew Adamson.

Guión: Andrew Adamson, Christopher Markus y Stephen McFeely, sobre el libro de C.S. Lewis.

Producción: Andrew Adamson, Mark Johnson y Philip Steuer.

Fotografía:

Karl Walter Lindenlaub.

Intérpretes: Ben Barnes, Georgie Henley, Skandar Keynes, William Moseley, Anna Popplewell.

País: EE.UU, 2008.

Duración: 147 minutos.

Género: Fantástica.

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