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Pleno sobre la ley de consulta

Madrid ultima el veto y el PNV calla tras el anuncio de EHAK

Un voto a favor y el resto, abstenciones. Ésa es la opción de Ezker Abertzalea para desnudar la realidad de Euskal Herria. Una realidad marcada, en su opinión, por un Estado español que en su Constitución prohíbe la propia existencia del país y su derecho a decidir, por un marco autonómico pensado para asimilar Euskal Herria en España, y por un PNV que no hará nada por superar los límites impuestos a este pueblo.

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Iñaki IRIONDO | GASTEIZ

La única incógnita que quedaba sobre el pleno de hoy, después de que GARA adelantara que Ezker Abertzalea no impediría la aprobación de la ley de consulta, quedó despejada sobre las 12.15 de ayer. El grupo independentista dará el único voto necesario para romper el equilibrio de fuerzas entre los impul- sores del proyecto de Ley de Consulta del Gobierno de Lakua y quienes se oponen a él desde las posiciones del unionismo español. Un voto a favor y el resto, abstenciones. Una decantación de la balanza que, según explicaron ayer, no ha de entenderse como un apoyo a la «hoja de ruta» de Juan José Ibarretxe -a la que consideran un intento de desdibujar el conflicto y manipular el derecho a decidir-, sino como una fórmula para que quede clara la negación de derechos a Euskal Herria.

Para el mediodía, hora en la que Ezker Abertzalea había citado a los medios, la sala de prensa del Parlamento de Gasteiz presentaba un lleno desconocido en los últimos años. Treinta y un periodistas, nueve cámaras de televisión y media docena de fotógrafos frente a siete parlamentarias (dos están de baja), a la espera del anuncio de un voto. Cuando durante la intervención en euskara Nekane Erauskin desveló la noticia, algunos se apresuraron a remitirla a sus radios y agencias, bien con carreras hacia el micrófono o el ordenador o bien a través de los mensajes de móvil.

«¿Por qué? ¿Para qué?»

Las parlamentarias de Ezker Abertzalea dejaron claro desde el inicio de la rueda de prensa que «la izquierda abertzale no va a impedir que la consulta de Ibarretxe salga adelante en el pleno de mañana, para poner de manifiesto el carácter impositivo del marco constitucional vigente, así como que el PNV no tiene ninguna intención de superarlo».

Después, cuando especificaron el reparto de sus votos, dieron cuatro razones para explicar por qué y para qué actuaban de ese modo.

«Tope constitucional»

La primera razón es la de «poner de manifiesto el tope constitucional». Según manifestaron Nekane Erauskin, en euskara, e Itziar Basterrika, que fue quien intervino en castellano, «en contra de lo que dice Iñigo Urkullu, Euskal Herria, el derecho a decidir de la ciudadanía vascas, no caben en la Constitución española. No caben en esa Constitución y esa legalidad que, en palabras del señor Ibarretxe, el PNV ha respetado durante 100 años y va a seguir respetando en el futuro».

Según denuncia Ezker Abertzalea, «la Constitución española impide a Euskal Herria ser dueña de su destino». Y, en tono mordaz, sus parlamentarias se preguntan esto: «¿Cómo no lo va a impedir si impide incluso que el lehendakari de tres provincias pueda llevar a cabo una consulta no vinculante?».

En otro momento de su rueda de prensa, las representantes de Ezker Abertzalea destacaron que el PSOE -como representación actual de las fuerzas gobernantes en el Estado español- no quiere dar el paso a un acuerdo político resolutivo que contemple tanto el derecho de autodeterminación como la territorialidad de Euskal Herria porque «sabe que el establecimiento de un marco democrático en este país conllevaría inevitablemente el final de la sacrosanta unidad de España, ya que la mayoría de la ciudadanía optaría por la construcción de un Estado vasco soberano».

«Defunción autonómica»

La segunda razón de la opción de voto de Ezker Abertzalea es «poner de manifiesto la defunción y la verdadera naturaleza del marco del Estatuto de Gernika y Amejoramiento del Fuero derivado de la Constitución española».

El grupo independentista pretende llamar la atención sobre «cómo es posible que 30 años después de la entrada en vigor del marco que, en palabras del PNV, había de constituir un paso intermedio en el camino a la independencia y había de servir para la construcción nacional de Euskal Herria, este país siga dividido, negado y sometido. ¿Cómo es posible que 30 años después tengamos que seguir hablando de la resolución del conflicto político?». Y la respuesta de las parlamentarias es la de que «el verdadero objetivo de este marco no era y no es favorecer los derechos de Euskal Herria. El verdadero objetivo de este marco era y es asimilar len- tamente a Euskal Herria».

«El verdadero rostro del PNV»

La tercera razón de no impedir que se apruebe la Ley de Consulta es, según explicaron Erauskin y Basterrika, «poner de manifiesto el verdadero rostro del PNV y su proyecto autonomista. Tal y como han manifestado en más de una ocasión Urkullu e Ibarretxe, el PNV no tiene ninguna intención de superar el marco constitucional. El objetivo del PNV no es superar este marco y levantar el tope constitucional, sino acometer una mera reforma del actual marco dentro de los límites de esa Constitución».

El grupo parlamentario independentista recordó en relación a los jeltzales las declaraciones efectuadas por varios de sus líderes señalando que, en caso de que la consulta sea prohibida por el Tribunal Constitucional, el PNV aceptaría la legalidad.

Además, hicieron mención al último proceso negociador, en el que, según su opinión, el PNV impidió un cambio de marco porque prefiere «acometer, al igual que hace treinta años, una mera reforma del Estatuto de Gernika, una mera operación de maquillaje del actual marco constitucional».

Según indicaron, esto se debe a que el PNV, históricamente, prioriza «los intereses de la burguesía regionalista a la que representa, en lugar de los intereses de los y las ciudadanas vas- cas. ¿Por qué? Porque el PNV no tiene un proyecto de país para Euskal Herria, porque su proyecto es mantener las cotas de poder y los negocios derivados de la gestión institucional del marco actual».

Pero, a su entender, el PNV «tiene un problema. Y es que sabe que, a estas alturas, esa apuesta, ese proyecto no es compartido ni digerible por la mayoría de la sociedad vasca. Ya que ésta no aceptaría, 30 años después, un nuevo fraude político. Por eso, está recubriendo con el celofán de la retórica del derecho a decidir y la resolución del conflicto lo que no es más que una apuesta por una mera reforma del Estatuto de Gernika, por más autogobierno y por `vivir cómodos en España'».

«Necesario un nuevo marco»

La cuarta razón de la decisión de Ezker Abertzalea es la de «poner de manifiesto que la única alternativa es superar el marco constitucional y establecer un marco democrático. La supervivencia y soberanía de Euskal Herria, el derecho a decidir de la ciudadanía vasca, exige necesariamente superar el marco de la partición, negación y sometimiento de Euskal Herria. Ni el actual marco, ni una versión actualizada del mismo garantizarán la supervivencia y soberanía de Euskal Herria. Para eso sólo hay una alternativa: acometer un verdadero cambio político; establecer un marco basado en la territorialidad y la autodeterminación».

Desde la izquierda independentista se insiste en que su empeño es el de intentar impedir que se vuelva a repetir la situación de hace treinta años, cuando las ansias de paz y cambio político de la sociedad vasca fueron aprovechadas para poner en marcha un marco autonómico que no daba solución a los problemas de raíz que había en Euskal Herria.

«Poner en su sitio» al Estado

La explicación del voto de Ezker Abertzalea estuvo precedida de duras críticas a la iniciativa del lehendakari, a la que, entre otras cosas, acusaron de «desfigurar el derecho a decidir» y de ser una versión «mutilada» de la metodología propuesta por la izquierda abertzale en Anoeta.

«Este sucedáneo de Anoeta -manifestaron- desfigura el conflicto político y su solución, diseccionando la pacificación y la normalización como si nada tuvieran que ver entre sí, identificando la paz con la mera desaparición de ETA y reduciendo el problema político a un bloqueo de las relaciones entre la CAV y el Estado español. Y limita el diálogo y la negociación a las fuerzas políticas con representación en el Parlamento de Gasteiz, excluyendo al resto de Euskal Herria», añadieron.

En cuanto a la equiparación de paz con «poner a ETA en su sitio», Ezker Abertzalea denunció que se intenta «ocultar las raíces del conflicto político y la violencia estructural» y preguntaron a Ibarretxe si no es al Estado español a quien hay que poner en su sitio. «¿Quién niega no sólo la capacidad de decisión, sino la existencia misma de Euskal Herria? ¿Quién mantiene a Euskal Herria dividida y oprimida?», dejaron caer.

Por esta visión absolutamente crítica del proyecto de ley propuesto por el Gobierno de Lakua -tanto en el fondo como en la forma-, Ezker Abertzalea intervendrá en el turno dedicado a los grupos que se oponen al mismo, donde tendrá que repartirse el tiempo con PSE y PP.

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