Una parte del PNV muestra síntomas de incomodidad
Iñaki IRIONDO
Andoni Ortuzar, presidente del BBB, dio ayer muestras de incomodidad ante la evidencia de que Ezker Abertzalea no impedirá que hoy se apruebe el proyecto de Ley de Consulta. Hace semanas que Ortuzar venía advirtiendo de que la izquierda abertzale tomaría su decisión «valorando lo que hace más daño al PNV y al lehendakari». Ayer, desde los micrófonos de Radio Nacional de España, Ortuzar dijo que el PNV interpretará el voto de Ezker Abertzalea de hoy «como una petición a ETA de que declare un alto el fuego». Andoni Ortuzar y el PNV son muy libres de interpretar lo que quieran, a fin de cuentas el ex director de EiTB es periodista y ya se sabe ese tópico/chiste de «que la realidad no te estropee un buen titular».
Lo que llama la atención es que a Ortuzar y al sector del PNV que representa les haga chinchar y rabiar que finalmente la izquierda abertzale vaya a posibilitar la aprobación de los planes de consulta de Juan José Ibarretxe. Y, es más, que consideren ellos mismos que esa decisión es «la que más daño hace al PNV y al lehendakari». Quizá hoy vuelva a ser preciso echar la mirada atrás, a aquel 30 de diciembre de 2004, y recordar la mueca que se le dibujó en la cara al entonces presidente del EBB, Josu Jon Imaz, cuando Arnaldo Otegi anunció los tres votos a favor y tres en contra de Sozialista Abertzaleak que daban vía libre a la aprobación del Nuevo Estatuto Político y a su remisión a Madrid. Aquella reacción inicial y espontánea fue mucho más significativa que la pose posterior de abrazo y sonrisa con Begoña Errazti, Javier Madrazo y Juan José Ibarretxe. Da la impresión de que entonces y hoy hay un sector del PNV que hubiera preferido que la izquierda abertzale tumbara los planes del lehendakari para quitarse de encima los dolores de cabeza que les dan esos planes y el propio lehendakari.