Consulta y buena voluntad, ¿hasta dónde?
El revuelo y la actividad mediática a raíz de la información publicada ayer por GARA desembocaron en la certeza acerca de la postura que con su voto reflejará hoy Ezker Abertzalea en el pleno del Parlamento de Gasteiz sobre el proyecto de ley consulta presentado por el Gobierno de Ibarretxe. Los parlamentarios abertzales no impedirán que el proyecto cuente con mayoría de votos, pero al mismo tiempo harán patente su postura crítica para con el mismo y con el procedimiento de sus promotores.
Al margen de consideraciones expuestas por las diversas fuerzas políticas en los meses previos al pleno de hoy, éste dejará claro que existe una voluntad mayoritaria favorable a ejercitar el derecho a decidir, e igualmente claro que Madrid no es capaz de respetar ese derecho democrático. Sin embargo, quedarán interrogantes también relacionados con la voluntad, en este caso de las diferentes fuerzas que apuestan o dicen apostar por el derecho a decidir. No la voluntad que Juan José Ibarretxe pedía a la izquierda abertzale para poder contar con su apoyo al proyecto de ley de consulta y que ésta le ha brindado a pesar de las discrepancias en el fondo y en la forma, pues resulta clarificador que el lehendakari haya evitado hablar con quienes apuestan decididamente por el ejercicio de ese derecho y lo haya hecho con Rodríguez Zapatero, representante en el Estado de los partidarios de impedir su ejercicio contra la lógica democrática más elemental. La «buena voluntad» a la que el lehendakari apelaba se ha visto en algunos, pero hoy surge la pregunta de si esa buena voluntad no es exigible también al promotor de la consulta. Éste todavía no ha revelado hasta dónde está dispuesto a llevar esa voluntad, que es la de la mayoría de la sociedad vasca.
Ha llegado la hora de votar un proyecto de ley para unos solución de todos los males, para otros peligroso. El resultado de la votación no será sorpresivo, y tampoco su nulo valor a causa de una decisión tomada en Madrid y al escaso interés del partido del lehendakari por hacer frente a la misma.