Occidente presiona a la dividida África para que actúe contra Robert Mugabe
Desde Nelson Mandela a George W. Bush, pasando por varios dirigentes africanos, las presiones directas e indirectas sobre el régimen de Robert Mugabe se intensificaron en las últimas horas para lograr un aplazamiento de las elecciones de hoy y el inicio del diálogo con la oposición.
GARA |
Las condenas internacionales por la crisis política de Zimbabwe, de la que se responsabiliza a su presidente, Robert Mugabe, y por la «impostura» de la segunda vuelta de los comicios presidenciales que tendrá lugar hoy fueron en aumento la víspera de la cita electoral, cuando se incrementaron las presiones de la comunidad internacional a África para que actúe contra el mandatario zimbabuense, después de que éste ignorara las peticiones de los países de la región.
Rompiendo su silencio de años sobre la situación de su vecina Zimbabwe, el ex presidente sudafricano Nelson Mandela denunció el miércoles desde Londres el «trágico fracaso de liderazgo» del presidente Mugabe.
Mandela, considerado «guardián de la autoridad moral» de África y héroe como Mugabe de la lucha contra el dominio blanco, hizo una alusión breve pero importante que contrasta con la contención del mandatario sudafricano, Thabo Mbeki, principal mediador entre Gobierno y oposición de Zimbabwe que apuesta por una labor de «diplomacia discreta».
La Casa Blanca aumentó su tono ante la obstinación de Mugabe de mantener la cita electoral y su secretaria de Estado, Condoleezza Rice, pidió al régimen zimbabuense que respondiera a la propuesta de la oposición, que se proclama vencedora de la primera vuelta, de formar un Gobierno «legítimo». Su presidente, George W. Bush, calificó de «impostura» los comicios de hoy e instó a la Unión Africana (UA) a que aumente su presión sobre Robert Mugabe.
La UA ha mantenido hasta ahora una actitud timorata ante la crisis zimbabuense. A ella se dirigieron también la canciller alemana, Angela Merkel, que emplazó a los países africanos a que «apliquen su influencia para encontrar un mejor camino en Zimbabwe», y el ministro italiano de Exteriores, Franco Frattini, quien indicó, además, que la comunidad internacional debe emprender acciones para frenar el caos y la violencia en el país africano si los líderes del continente negro fracasan en su intento de gestionar la crisis.
Sumándose a las presiones de la ONU, la Unión Europea, Londres y París, entre otros, el miércoles la Comunidad de Desarrollo del África Austral (SADC) se reunió de urgencia y exhortó a Mugabe a aplazar las elecciones, mientras que el líder de la oposición, Morgan Tsvangirai, instó a la UA y al SADC a actuar «ahora» y desplegar «tropas armadas de mantenimiento de la paz» para propiciar la «transición».
Pero desde el principio de la crisis política en Zimbabwe la división entre los dirigentes africanos impidió cualquier acción conjunta. Algunos miembros del SADC criticaron públicamente el régimen zimba- buense, pero otros tienen dificultades para abandonar una solidaridad heredada de la lucha por la independencia.
El ex presidente sudafricano Nelson Mandela rompió el silencio que mantenía ante la deriva emprendida por el régimen zimbabuense y denunció el «trágico fracaso de liderazgo» de su presidente, Robert Mugabe.
El presidente de Zimbabwe, Robert Mugabe, se confesó ayer seguro de permanecer en el poder en la víspera de la cita con las urnas de hoy, que ha decidido mantener pese a todos y contra todos y de la que saldrá vencedor ya que es el único candidato.
Durante el mitin de cierre de campaña en Chitungwiza, un feudo de la oposición cercano a Harare, renovó su propuesta de dialogar con el Movimiento para el Cambio Democrático (MDC) pero sólo tras el escrutinio electoral, una opción que el líder opositor ha rechazado. «Si logramos la victoria, que creo que lo haremos, seremos magnánimos y diremos `sentémonos y discutamos'», señaló Mugabe, quien añadió que «el MDC puede aceptar o rechazar, pero seguiremos dirigiendo este país de la manera en que pensamos que debe ser dirigido».
Desde hace días el veterano mandatario se ha mostrado indiferente a las presiones regionales que, según los expertos, son las únicas susceptibles de hacer mella en él, y ayer afirmó que el proceso electoral «no debe realizarse al dictado de personas, ni de la Unión Africana», después de que el miércoles subrayara que la «amistad» no da derecho de fiscalización sobre los asuntos internos del país.
Tendai Biti, secretario general del MDC, quedó ayer en libertad bajo fianza. Biti fue detenido y acusado de fraude electoral, subversión, injurias a Mugabe y traición, cargos por los que podría ser condenado a la pena de muerte.
